Los casos de depresión han bajado, pero aún son más de 10.000 aragoneses los que sufren cada año la enfermedad. Si en 2011 los médicos de Familia diagnosticaron a 23.595 personas esta patología, en 2015 fueron menos de la mitad.

Aun así, los especialistas aseguran que no hay que bajar la guardia y que está enfermedad se debe tomar muy en serio. En parte, según datos facilitados por el Departamento de Sanidad, porque la depresión está actualmente entre las patologías más frecuentes de salud mental, casi a los mismos niveles que la ansiedad, que desgraciadamente ha experimentado un repunte y en 2015 fueron más de 30.000 personas las que pasaron un cuadro de este tipo (poco más de 25.000 en 2011).

Sin embargo, los expertos no consideran totalmente fiables las cifras de afectados que se aportan en estos momentos por las administraciones, instituciones o entidades sociales. De hecho, la responsable del área social de la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (Asapme), Lola Sobrino, urge un "estudio epidemiológico" objetivo y fiable de la depresión como existe en otras enfermedades, ya que es de la única manera de cuantificar y comprobar si realmente la enfermedad ha aumentado o descendido.

Lo que los especialistas tienen claro es que no se puede "banalizar" sobre la depresión ni confundirla con un estado de desánimo causado, por ejemplo, por problemas sociales o económicos, como la pérdida de un trabajo o la muerte de una persona querida. "En momentos así es normal que la gente lo pase mal", apunta la responsable de Asapme, que hace hincapié en que cualquier diagnóstico tiene que hacerlo un profesional y en ningún caso nadie debe autodiagnosticarse o dejar que la evaluación la haga un familiar o amigo. "Dejemos que sea él quien nos diga exactamente lo que le pasa a la persona", asegura Sobrino.

No obstante, los expertos reconocen que hay señales que pueden hacer sospechar que algo pasa y pedir ayuda. Son síntomas de que algo falla cuando a un estado de ánimo bajo, el individuo sufre una falta de energía, una carencia de disfrute, la pérdida de aficiones o cambios importantes en hábitos de la esfera primaria, como son el comer (con un aumento o pérdida de peso), dormir o incluso de la vida sexual.

Causas de una depresión

Pero, ¿por qué alguien sufre una depresión? El asesor científico de Asapme y experto universitario en Psiquiatría Legal, Fernando Sopesens, asegura que antes de responder a esa cuestión hay que tener en cuenta que esta es una enfermedad "cerebral que se expresa a través de la función mental". Además, admite que los estudios apuntan a que una persona puede estar más predispuesta a padecerla, ya que aunque no es hereditaria sí que el factor genético puede predisponer a ella.

Respecto al tratamiento, asegura que muchos casos requieren un tratamiento farmacológico y por ello censura que se ponga muchas veces en entredicho la prescripción de medicamentos por parte de los psiquiatras. "Algo que no sucede con otras especialidades", destaca el especialista, que participará los días 24 de febrero y 10 de marzo en la presentación del libro ‘Espérame en el cielo’, escrito por Irene Fatás, que trata sobre esta enfermedad. A través de una historia real de amor, el volumen informa sobre esta patología mental y el riesgo de que sea mal tratada. Su autora intenta hacer un alegato a la vida y acercar al lector a este problema.