"Todos los adolescentes con cáncer deberían ser atendidos en el Infantil"

La edad oncopediátrica termina en Aragón a los 14 años. Aspanoa pide unificar criterios y elevarla hasta los 18.

Voluntarios de Aspanoa en la sala de juegos de la planta de Oncopediatría del hospital Infantil.
Voluntarios de Aspanoa en la sala de juegos de la planta de Oncopediatría del hospital Infantil.
Aranzazu Navarro

Cada año se diagnostican en Aragón 45 nuevos casos de cáncer en niños y adolescentes. Las leucemias, los linfomas y los que afectan al sistema nervioso central son los tumores que con mayor frecuencia e presentan entre nuestros menores de edad.

Aunque la tasa de supervivencia supera a día de hoy el 76% de los casos, el tratamiento de estas afecciones conlleva largas estancias hospitalarias e ingresos periódicos durante varios años. Enormes paréntesis en la vida diaria de unos niños que preferirían estar jugando y de unos adolescentes que ya son del todo conscientes de lo que se pierden con cada ingreso, tanto a nivel social como familiar y curricular.

Algo de lo que da fe Jorge Romanillos. Este aragonés de 22 años tuvo que pasar una larga estancia a los 18 años y reconoce que de adolescente, además de "aburrirte con todo", se tiene la presión de sentir que te estás perdiendo muchas cosas: "Estar con los amigos, que es lo más importante a esa edad, pero también académicamente".

Elevar la edad oncopediátrica

A día de hoy la edad oncopediátrica alcanza en Aragón hasta los 14 años. Hasta esa edad, todos los niños con cáncer de las tres provincias, además de los de Soria y La Rioja, son derivados, sin lugar a dudas, a la planta de oncopediatría del Miguel Servet de Zaragoza. Allí hay color en los pasillos, pinturas en las paredes y salas llenas de juegos. Además, la tele es gratis y todas las habitaciones tienen Play Station, detalles para matar el tiempo cortesía de Aspanoa.

Sin embargo, a partir de los 14, la cosa cambia. El menor puede acabar ingresado en una planta de adultos, con "personas mayores que no tienen nada en común con los adolescentes afectados" y sin los servicios que ofrece la Asociación de Padres de Niños Oncológicos de Aragón para tratar de hacer más llevaderas las estancias hospitalarias. Por eso, según asegura la entidad, "una parte importante de las personas que son diagnosticadas de cáncer cuando son adolescentes (entre los 15 y los 18 años) no están siendo derivadas al Hospital Infantil Miguel Servet".

La entidad celebra este domingo una gala para conmemorar el Día Internacional del Niño con Cáncer y en ella va a reclamar a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Aragón que eleve hasta los 18 años la edad oncopediátrica. El II Plan Estratégico de la Infancia aprobado por el Ministerio de Sanidad en 2013 hace esta recomendación y algunas comunidades ya están aplicando ese criterio.

Con casi treinta años de experiencia en la atención a menores enfermos de cáncer en Aragón y a sus familiares, Aspanoa considera que todos los menores afectados en la Comunidad deberían ser atendidos en la tercera planta del Infantil. Juan Carlos Acín, su gerente, recuerda que es allí donde se encuentran los profesionales sanitarios con mayor experiencia en el tratamiento contra el cáncer infantil de todo Aragón. Hace hincapié, además, en que las familias que están en otros centros no pueden beneficiarse de todos los servicios complementarios que ofrece Aspanoa en el día a día: apoyo psicológico y social, fisioterapia, musicoterapia...

Al fin y al cabo Aspanoa critica que no haya un criterio unificado para tratar a los menores de entre 15 y 18 años. Algunos van al Infantil pero otros no, por lo que la asociación considera que siempre debería tenerse en cuenta que esa planta, tal y como está acondicionada, resulta un entorno "mucho más beneficioso" para los menores de edad.

El caso de Teresa L. una aragonesa de 28 años a la que le diagnosticaron sarcoma de Ewing a los 15, es un claro ejemplo. Ella tuvo la suerte de que la derivaran al Infantil e insiste en que no es lo mismo "llegar a un sitio donde todo son colores, sonrisas y juegos que a otro más serio donde todo eso queda en un segundo plano porque los adultos tienen otras necesidades".

Como adolescente que pasó su estancia rodeada de niños en el Infantil, asegura que se sintió "útil" al poder "ayudar a los niños en las manualidades y los juegos". Además, al coincidir con otros chavales de entre 13 y 16 años, tuvo gente cercana a ella con la que compartir momentos, "hablar de música y jugar a juegos de mesa".

A día de hoy es voluntaria de Aspanoa y forma parte del grupo de veteranos. Ella, al igual que Jorge y que la gerencia de la asociación, se muestra convencida de lo beneficioso que puede resultar elevar la edad oncopediátrica. Así, todos los adolescente que tengan que pasar en el futuro por lo mismo que pasó ella, tendrían asegurada la atención integral que se brinda en el Infantil. 

Desde el Gobierno de Aragón responden, por su parte, que ya están trabajando para sacar adelante la propuesta.

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