Un nombre oficial para 150 cumbres del Pirineo

Aragón ya cuenta con un documento para denominar 150 picos que superan los 3.000 metros de altura. Se quieren desterrar así listas 'oficiosas'.

Un nombre oficial para 150 cumbres del Pirineo
Un nombre oficial para 150 cumbres del Pirineo
Monte Perdido Extrem

La Comisión Asesora de Toponimia de Aragón, de carácter consultivo y constituida hace un año, ya cuenta con un documento, aprobado por unanimidad, para establecer los nombres oficiales de 150 cumbres que superan los tres mil metros de altura en el Pirineo Aragonés.

Entre las funciones de esta Comisión, se encuentra la de adoptar medidas necesarias para impulsar la normalización de los nombres geográficos y promover su conocimiento, uso normalizado y valor como patrimonio cultural inmaterial, informan fuentes del Gobierno de Aragón en una nota de prensa.

El director general de Política Lingüística, José Ignacio López Susín, explica que "el proyecto se justifica por el hecho de que hasta ahora las listas oficiosas que circulaban en distintos ámbitos presentaban a menudo nombres inventados o deformados respecto de sus denominaciones locales".

La Comisión, formada por expertos, ha depurado los nombres de los tresmiles con una propuesta que ahora será sometida a audiencia de los diez municipios que están implicados.

Mediante esta propuesta se han suprimido algunos nombres inventados, como el Soum de Ramond, una montaña que se le dedicó al ilustre Ramond de Carbonnières cuando ya tenía un nombre propio como es el Pico de Añisclo.

Es también el caso de Monte Perdido, traducción del francés Mont Perdu, nombre con el que se bautizó a la cumbre más alta de las Treserols.

No obstante, en casos como este, la Comisión se ha decantado por aceptar junto con la tradicional aragonesa una denominación que, aunque foránea, ya goza de una cierta tradición, criterio con el que se mantiene el nombre de los Infiernos, en realidad inventado por el Conde Russell.

Por otro lado, se han eliminado topónimos inventados por algunas publicaciones realizadas fuera de Aragón en las que incluso el nombre de sus autores servía para rebautizar montañas que ya tenían su denominación tradicional.

Así, se suprimen los nombres del Pico de Baudrimont o el de Marcos Feliu en favor de sus nombres verdaderos (Mallo de Tormosa y Punta del Ibón Chico respectivamente).

En algunos casos, la Comisión se ha encontrado con cumbres secundarias que no tienen un nombre tradicional, y se han aceptado algunos bautizos más o menos consolidados como el que consiste en denominar con los nombres de Tuca de Rabadá y Tuca de Navarro a sendas cumbres del macizo de la Maladeta.

En el caso de cumbres sin denominación tradicional conocida y sin ningún otro nombre inventado, la Comisión renuncia a imponer un nombre.

En estos casos la Comisión se dirigirá a los ayuntamientos interesados proponiendo la adopción de un topónimo que esté relacionado con nombres próximos preexistentes, desechando el uso de patronímicos.

En las cumbres fronterizas con la Occitania, se ha hecho prevalecer la versión local aragonesa frente a la oficial de la cartografía francesa.

Con este criterio desaparecen, por ejemplo, denominaciones como el Pico Schrader en favor de la tradicional Punta de Bachimala y se han depurado algunos casos de malas traducciones, como la que transformaba la versión francesa de Pic de l'Épauleen Pico de la Espalda

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