"Muchos aragoneses tienen origen judío y no lo saben"

La israelí Timna Segal, de la Asociación Sefarad Aragón, la única encargada de promover la cultura judía en la comunidad autónoma, recuerda a las víctimas del Holocausto.

Timna Segal, natural de Israel, llegó a España en septiembre de 1986, dos meses antes que la Embajada de su país. Eligió Zaragoza por amor y esa decisión tomada hace tres décadas se ha transformado en una vida a 4.000 kilómetros de sus orígenes. Una distancia que, sin embargo, no ha impedido que Timna trabaje por el reconocimiento -y conocimiento- de la cultura judía en Aragón. Ella es el miembro más activo de la pequeña comunidad que existe en territorio aragonés, que cuenta con unos 44 miembros de los 15.000 de los que se tiene constancia en todo el país. "Mi objetivo es dar a conocer la cultura judía, no solo la sefardí. Hay que destruir estereotipos y demostrar que los judíos somos gente normal, que no somos fanáticos de la religión como muchos creen", aclara Segal.


Tras un periodo como estudiante en la Escuela de Artes de Zaragoza, la israelita colaboró en la fundación de la Asociación Judeoaragonesa en 1996 y, tres años después, dio vida a la Asociación Sefarad Aragón, de la que es su actual presidenta. "Con esta asociación tratamos más todo lo relacionado con la cultura: enseñanza de hebreo y cultura judía, bailes, degustaciones, recreaciones, a través de la enseñanza en las aulas... que vean nuestras costumbres y lo mucho que hemos aportado a la humanidad".


Un recuerdo especialmente emotivo merecen las víctimas del Holocausto en la agenda de esta asociación, para las que tienen reservadas tres días —en enero, en mayo y en noviembre— anualmente. Un pasado doloroso sobre el que Timna, cuyo abuelo “se escapó” de un campo de concentración nazi, hace hincapié en que "sobre todo hay que intentar recordarlo para que no se repita”. “Porque todo empieza con una ley discriminatoria o incluso con un lenguaje de discriminación... Y esto es una judiada", afirma, con un toque de humor.


"Hubo un ensañamiento con los judíos, pero también fueron asesinados muchos disidentes políticos, gitanos, homosexuales... Hubo un aragonés muy conocido por salvar a muchas personas, Ángel Sanz Briz, proporcionando pasaportes falsos en la Embajada de Budapest. Tiene un memorial en su honor en Israel" cuenta Julio Levit, vicepresidente de Sefarad Aragón. Este judío argentino que realiza su tesis doctoral en la Universidad de Zaragoza destaca el gran desconocimiento social de las raíces judías en Aragón. "No hay una sinagoga y, aunque tenemos un gran sentido de comunidad, aquí somos pocos. Además, hace siglos las personas con orígenes judíos, para no ser descubiertas, se cambiaban el apellido por otros referentes al catolicismo como De la Cruz, Del Rosario, con nombres de santos o también por oficios. Muchos aragoneses tienen origen judío y no lo saben", asegura Levit.


Unos orígenes que, como resultado de una persecución histórica, son ahora desconocidos por la mayoría de los judeodescendientes y que han regresado a Zaragoza gracias al empeño de un puñado de personas que participan, cada semana, en las clases de bailes judíos en la Casa de las Culturas y las clases de hebreo y cultura judía en el Centro Cívico Salvador Allende.

 
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