El último truco para eludir el radar que puede costar muy caro

La picaresca de los conductores para burlar los radares de velocidad de Tráfico viene de largo. Las trampas utilizadas son de lo más variadas y pasan por la colocación de pañuelos que dificultan la visión de los números y letras, lacas reflectantes que rebotan la luz del flash, o directamente deformar la placa de forma que no sea completamente visible, prácticas todas ellas prohibidas.

Los más innovadores incluso recurren a sistemas como el denominado 'No Photo', que mediante dos flashes laterales saltan cuando detectan que un tercero (el del radar) ilumina la matrícula del vehículo. Otros recurren a aparatos ya conocidos como los inhibidores de frecuencia, que neutralizan las ondas de los cinemómetros, también de forma irregular, lo que expone a sus propietario a importantes multas.

Pero la última moda en llegar a España, en este caso desde Rusia y extendida por toda Europa, son unas pegatinas que se fijan a la matrícula y que, como si de un milagro se tratara, hacen desaparecer los caracteres de la placa distintiva ante la luz del temido flash de la DGT.

A través de internet se pueden consultar tutoriales sobre su uso y, también en la red, adquirir este tipo de adhesivos milagrosos.

Sin embargo, lo que se 'vende' a bombo y platillo como una solución eficaz puede salir muy caro. Más allá de los riesgos de saltarse los márgenes establecidos de velocidad, los agentes de tráfico consideran este tipo de trucos como una alteración de documento público, castigado con hasta 6.000 euros de multa y la pérdida de 6 puntos del carné.