Las amenazas, injurias y otros delitos en internet motivan medio millar de denuncias cada año

El último caso conocido en la Comunidad es el de un vecino de Binéfar detenido por amenazar a la Policía Local de su localidad.

Las amenazas constituyen el motivo más común que lleva a un internauta a acudir a comisaría.
Las amenazas constituyen el motivo más común que lleva a un internauta a acudir a comisaría.
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Aunque en ocasiones parece que en las redes sociales hay barra libre para dejar por escrito lo primero que a uno se le pasa por la cabeza, lo cierto es que si el usuario no recurre al sentido común puede acabar pagándolo muy caro, enfrentándose a denuncias, multas e, incluso, penas de cárcel. Porque no todo vale: no se puede insultar, difamar o mentir sobre otra persona solo porque esta nos caiga mal o sus opiniones choquen con las propias. Del mismo modo que en la vida ‘real’, en internet, y pese al anonimato, no está permitido acosar, calumniar o amenazar. Parece obvio, pero no todo el mundo hace caso a una norma tan básica amparada por la última actualización del Código Penal.


Casos no faltan. Tampoco en Aragón, donde alrededor de medio millar de usuarios son denunciados cada año como consecuencia de un uso malicioso de Facebook, Twitter y otras herramientas sociales como blogs, páginas web o sistemas de intranet, según los datos facilitados por el Ministerio del Interior. Las amenazas constituyen el motivo más común que lleva a un internauta a acudir a comisaría y solo durante 2015 (último dato disponible) hubo 218 casos conocidos de este tipo en Aragón.


La última intervención policial por este delito conocida en la Comunidad acabó con la detención, a finales del pasado mes de diciembre, de un vecino de 36 años de Binéfar que amenazaba de muerte a los agentes municipales de la localidad oscense, quienes le habían detenido con anterioridad como supuesto autor de otro delito. “Os mataré, hijos de puta, os conozco” y “he vuelto, temblad” son algunas de las frases que les dedicaba a través de las redes.




Otros delitos frecuentes son el de injuria (66 casos a lo largo de 2015), en el que se menoscaba la imagen y la dignidad de una persona, malos tratos en el ámbito familiar (46) -tanto los habituales como los esporádicos son un problema creciente al menos desde 2011-, las vejaciones (41 denuncias) y el delito de coacción (40), mediante el cual se coarta la libertad de la víctima o se le induce a hacer algo ajeno a su voluntad, como mantener relaciones sexuales.


Completan este particular listado la revelación de secretos (37), las calumnias (7) y el trato degradante (4). Cabe destacar que en el plano laboral apenas se dan situaciones de acoso a través de las redes sociales. Entre 2011 y 2015 solo se conoció un caso en la Comunidad.


Según explican fuentes policiales, el 99% de los casos son trazables y se llega a saber quién es la persona que inició el acoso o la amenaza, por lo que cuando una denuncia progresa es muy complicado quedar impune. Por norma general, el delito se da entre personas que se conocen y que en la mayor parte de los casos tienen rencillas fuera de los ordenadores, móviles y tabletas. Además, indican estas mismas fuentes, los famosos de distintos ámbitos y los políticos con perfiles abiertos son un blanco fácil y habitual y muchos no dudan en poner las palabras altisonantes en conocimiento de las autoridades.Festejar una muerte no es buena idea

Otro caso reciente que atañe a Aragón es el relativo al torero Víctor Barrio, fallecido en la plaza de toros de Teruel el pasado verano. Su muerte desató una agria cascada de comentarios por parte de unas pocas personas contrarias a la tauromaquia que celebraban su defunción. La Justicia admitió a trámite una querella contra un profesor valenciano que, en una extensa publicación en Facebook, vejaba y atentaba al honor del joven segoviano, en lo que supuso un presunto delito de injurias.


Alegrarse de la muerte de un desconocido es una situación tristemente común en el ámbito 2.0 y una ilegalidad de manual. En junio del pasado curso se detuvo, precisamente por este motivo, a dos zaragozanos y un oscense que, en un foro, se jactaban de celebrar los fallecimientos de agentes de la Guardia Civil. “Cada vez ke matan a un verde me bebo una cervecita celebrando que ay uno menos en España" (sic), fue uno de los mensajes denunciados en una operación que concluyó con un detenido y otros trece imputados.

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