Los riesgos de los antigripales al volante

En plena ola de frío, con los termómetros registrando temperaturas bajo cero, la gripe ya ha superado en Aragón -con 141,55 casos por cada 100.000- el umbral de la epidemia . Los servicios de urgencias de los centros hospitalarios de la Comunidad se encuentran saturados, y los procesos víricos, catarros y resfriados están a la orden del día.

Con este panorama, la compra de fármacos antigripales se dispara en los meses de invierno. De hecho, las ventas de este tipo de medicamentos crecieron en diciembre un 20% en comparación con el mismo mes del año pasado, según el Informe Mensual del Mercado de la Farmacia Española elaborado por la consultora QuintilesIMS.

Su adquisición no requiere de receta médica, por lo que son de fácil acceso en cualquier farmacia -aunque al no estar subvencionados, se pague el importe íntegro-, lo que les convierte en el remedio más demandado para hacer frente a estas dolencias, que si bien no curan, sí reducen sus efectos.

Sin embargo, farmacéuticos e instituciones como la Dirección General de Tráfico (DGT) avisan de los riesgos que conlleva compaginar su consumo con la conducción de vehículos. De por sí, los síntomas de los resfriados y catarros ya obstaculizan un manejo adecuado del volante, como la obstrucción nasal, dolor de cabeza, lagrimeo, estornudos o incluso fiebre.

Si a ello se le añade al cuerpo componentes como antihistamínicos y antitusivos, presentes en los antigripales, la conducción se puede ver afectada, hasta el punto de estar detrás del 5% de los accidentes que se producen en España.

Como explica Raquel García, del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza, el síntoma más preocupante es “la somnolencia, que puede verse potenciada si se mezcla con el alcohol o con otros medicamentos”. Sin embargo, el hecho de consumir antigripales “no quiere decir que no se conduzca, porque la sensibilidad de cada persona es distinta, pero sí hay que aumentar las precauciones”.

Por ejemplo, “si no tiene otra opción para ir al trabajo que el coche particular, puede retrasar la toma hasta que haya llegado a su destino”, en lugar de hacerla justo antes de salir de casa.

De hecho, algunos fármacos incluyen un símbolo -similar a una señal de tráfico de 'peligro'- que advierte de los riesgos de consumirlos si se va a conducir un vehículo. Alrededor del 25% de los medicamentos con receta incluyen este pictograma, bien porque produzcan un efecto terapéutico contraindicado en caso de manejar maquinaria peligrosa o conducir, o bien como consecuencia de un determinado efecto adverso.

En caso de ingerir un medicamento con esta indicación de alerta, la DGT recomienda consultar los riesgos con el médico o el farmacéutico, leer con atención el prospecto, evitar ponerse al volante durante los primeros días de tratamiento, dejar de conducir si nota síntomas como somnolencia, y no mezclar con bebidas alcohólicas.

El polémico anuncio de Frenadol

Precisamente la semana pasada se ha suscitó una polémica con motivo del anuncio emitido en televisión del antigripal más vendido del mercado en España. Facua ha reclamado a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) que retire el spot de Frenadol en el que un padre de familia, afectado por tos y fiebre, consume el producto justo antes de conducir un vehículo en el que lleva a sus hijos a pescar.

La escena coincide con la sobreimpresión en pantalla de una advertencia que desaconseja coger un coche si se toma Frenadol Complex:"Este medicamento puede producir somnolencia. Se recomienda no conducir". Por ello, la asociación de consumidores pide una sanción a Johnson & Johnson (responsable del medicamento) por su campaña "negligente y peligrosa", así como la retirada o rectificación del anuncio.