De viaje en el Canfranero, el tren más antiguo de España

El conocido como 'tamagochi' recorre la ruta Zaragoza- Canfranc (200 km) en casi cuatro horas.

De viaje en el Canfranero, el tren más antiguo de España
De viaje en el Canfranero, el tren más antiguo de España
María Ordovás

Cada día salen de la estación de Delicias con destino Canfranc dos de los trenes llamados popularmente 'tamagochis'.  Un coche diésel de un solo vagón, modelo 596, que dispone de 56 asientos y que fue fabricado en 1983. Con más de tres décadas de vida, se trata del tren más antiguo, lento y pequeño de España.


A las 9.49 del pasado jueves, cuatro minutos más tarde de la hora prevista, este tren regional hacía su entrada en la estación Goya de Zaragoza procedente de Delicias y con destino final Canfranc.


Doscientos kilómetros separan ambos puntos, que este convoy emplea en recorrer casi cuatro horas, el doble de lo que se tardaría en hacer el recorrido en coche. Hasta llegar a su destino final, el tren hace quince paradas, entre ellas, Villanueva de Gállego, Huesca, Ayerbe, Riglos, Sabiñánigo, Jaca o Villanúa.

 

Aunque su velocidad punta es de 120 kilómetros por hora, el tren no supera una velocidad media de 58 kilómetros por hora durante su recorrido.


Esta lentitud es una de las quejas más comunes entre los usuarios, que no son solo turistas y que este jueves no superaban los veinticinco pasajeros. Muchos de ellos lo cogen como medio de transporte para llegar hasta alguno de los municipios donde hace parada.


“Va muy despacio y no tiene buena combinación para ir y venir a Zaragoza”, explica Mª Agustina Sebastián, usuaria de este tren y que utiliza muy a menudo para desplazarse a la capital aragonesa.

Lo corrobora Marcos Pellez, de 28 años, que sube con su bicicleta hasta Riglos: “Tiene sitio para dejar la bici pero es lento”.


Los fallos del sistema de calefacción son otra de las quejas más comunes entre los usuarios, y la mayoría de los viajeros del vagón, evitan los asientos junto a la ventanilla donde está el conducto del aire caliente. Además, el ruido del motor es elevado durante todo el trayecto y hay un intenso olor a gasoil que se filtra a los vagones

“Hay un olor muy fuerte e intenso y hace mucho calor”, se queja Mª Agustina Sebastián y añade: “No está controlada la temperatura del tren”.


“Sí que se nota olor a gasoil, sobre todo al principio”, dice Francisco, un jubilado zaragozano que viaja con su mujer y que coge este tren esporádicamente.


El lavabo y el vagón no están en malas condiciones, aunque sí se aprecia el paso del tiempo en algunos de los equipamientos: muchos de los asientos tienen la tapicería algo desgastada, con agujeros, y algunos los cristales están rayados y sucios.


“Comparándolo con el resto de trenes en los que he montado, este es un poco 'cutrecillo' y se ve viejo”, dice Beatriz Triviana, de 19 años, que viaja a Huesca para pasar el día con una amiga.


Aunque Fomento asegura que este modelo solo hace el trayecto Zaragoza-Canfranc, existen otros  'tamagochis' como este, que están en activo y que esta misma semana realizaban el trayecto Zaragoza-Valencia.

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