La mitad de las preguntas de cada prueba de la evaluación de Bachillerato para acceder a la Universidad podrán ser de "opción múltiple" (tipo test), con una sola respuesta correcta e inequívoca, lo que no exigirá redacción ninguna por parte del alumno.

Las pruebas versarán sobre las materias generales troncales de segundo curso de la modalidad elegida de Bachillerato; los alumnos que deseen mejorar nota podrán examinarse, además, de al menos dos de las troncales de opción.

Consta así en el proyecto de orden ministerial de características y diseño de esa evaluación del curso 2016-2017.

Este proyecto cambia respecto al anterior (de septiembre pasado, que también regulaba la evaluación de ESO), ya que ahora debe adecuarse al decreto-ley que aprobará el Consejo de Ministros para reformar las llamadas "reválidas", que ya no serán obligatorias para todos los alumnos ni tendrán efectos académicos, según acordaron Educación y las comunidades.

Así, la evaluación de Bachillerato se hará "exclusivamente" para el alumnado que quiera acceder a estudios universitarios.

La evaluación se considerará superada con una nota de 4 o más. La de acceso a la Universidad deberá ser un 5 como mínimo, ponderando un 40% la calificación de la prueba y un 60% la final de Bachillerato.

Como mínimo, el 50% de las preguntas de cada prueba deberán ser abiertas (el alumno debe construir la respuesta correcta, que no es única) y semiabiertas (respuesta inequívoca que necesita una breve construcción escrita). El resto podrán ser de opción múltiple (se elige una de las respuestas propuestas).

Limitar a la mitad como máximo las preguntas de tipo test es un acuerdo unánime entre Educación y las comunidades, han indicado fuentes ministeriales.

Han recordado que, en la Selectividad, todas las preguntas podían ser de tipo test, según decidieran las autonomías y las universidades.

Lo que hará el Ministerio ahora es "delimitar" el porcentaje de estas preguntas, han añadido las fuentes.

El proyecto fija que cada prueba, una por asignatura, constará de un mínimo de dos preguntas y un máximo de quince.

Serán 90 minutos por prueba, con descansos mínimos de 20, en un máximo de cuatro días (podrán ser cinco en las comunidades con lengua cooficial).

Las administraciones educativas, en colaboración con las Universidades, organizarán la realización material de los exámenes.

"Las Universidades asumirán las mismas funciones y responsabilidades que tenían en relación con la Prueba de Acceso a la Universidad" vigente hasta el curso pasado, dice el proyecto.

No obstante, las administraciones podrán delimitar el alcance de esa colaboración en las pruebas.

Preferentemente, las pruebas se contextualizarán en entornos próximos a la vida del alumnado: situaciones personales, familiares, escolares y sociales, además de científicos y humanísticos.

Según el proyecto, las comunidades "podrán administrar cuestionarios de contexto" para los alumnos.

La evaluación deberá finalizar antes del 10 de junio y la convocatoria extraordinaria antes del 8 de julio o del 15 de septiembre, según el mes que decidan las administraciones.

Según una disposición transitoria, los alumnos que estudien este curso asignaturas del Bachillerato de la LOE no necesitarán superar esta evaluación para acceder a la Universidad, y se aplicará igual criterio a quienes obtuvieron el título de Bachiller el curso pasado y no superaron la Selectividad.

"En ambos casos -se precisa- y cuando este alumnado no se presente a la prueba, la calificación para el acceso a estudios universitarios será la final obtenida en Bachillerato".