La historia se repite. De nuevo, y a pesar de múltiples intentos por ‘racionalizar’ ciertos puentes festivos, el de la Constitución causa este año un extraño croquis en el calendario de las familias con hijos en edad escolar.

Los alumnos comienzan hoy cuatro días de fiesta (el lunes se fijó como no lectivo porque el martes es festivo), para luego tener clase el día 7, librar el día 8 por ser la festividad de la Virgen de la Inmaculada, volver a clase el viernes 9 y, después, comenzar el fin de semana.

Para muchas familias, la situación vuelve a generar un problema de conciliación, si bien es cierto que los horarios laborales cada vez son más heterogéneos. Otras, aprovechan si han podido juntarse varios días en el trabajo para planificar una escapada y algunos niños harán ‘pellas’ toda la semana. El argumento de los padres es que "solo se pierden dos días de clase" y, sin embargo, los precios son más baratos que en Navidad.

Desde la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de la Escuela Pública (Fapar) reconocen que es difícil cuadrar esta situación, ya que hay que cumplir con los 175 días lectivos del calendario escolar, los festivos y los días libres marcados por otras instituciones. "Lo que pedimos siempre es que cuando sea día laborable pero no sea lectivo se facilite al máximo que los centros puedan estar abiertos con actividades alternativas para los niños", reclaman.

Por otra parte, los sindicatos aragoneses defienden un calendario "más racional" y "menos vinculado a las celebraciones religiosas". Pero cambiar este modus operandi exigiría un amplio consenso, porque afectaría también a los periodos de libranza en verano.

En España, los escolares disfrutan de entre 10 y 11 semanas de vacaciones en verano y los descansos en Navidad y Semana Santa. CSIF, CGT, CC. OO., UGT y STEA defienden un calendario similar al aprobado este curso en Cantabria. Según este modelo, las libranzas serían más acordes a los tiempos de los escolares. Una de las propuestas era plantear un descanso de al menos una semana tras seis de actividad lectiva, respetando los 175 días obligatorios y las fiestas marcadas en el calendario laboral.

En líneas generales habría cuatro descansos. El primero a finales de octubre o principios de noviembre. El segundo, coincidiendo con la Navidad; el tercero a finales de febrero o principios de marzo y el último en mayo. Pero las vacaciones de verano se reducirían.

Ni el departamento de Educación ni las familias consideran, de momento, que haya llegado el momento de atacar estas alternativas. Actualmente, los debates sobre tiempos escolares, innovación o cómo enfrentar el acoso escolar están en el epicentro.