"No entiendo que le condenen por pegarme diez años y tenga la custodia compartida"

La asociación Somos más apoya a víctimas de malos tratos. Piden más apoyos y critican las custodias compartidas a padres maltratadores.

Punto de encuentro familiar en Zaragoza.
Punto de encuentro familiar en Zaragoza.
Heraldo

"Empecé a salir con mi novio a los 16 años, los insultos, humillaciones y amenazas comenzaron poco después. Yo siempre le perdonaba. Me costó 17 años decir basta y dejarle", cuenta Vanesa. "El maltrato psicológico comenzó desde el primer día. Y luego siguieron las palizas repetidas. Pero no me atrevía a denunciar, estaba aterrada. Después de aguantar casi diez años, un día por fin me di cuenta de que tenía que salir de ahí", afirma Marta.


Marta (que no se llama Marta pero no puede dar su nombre en público) y Vanesa (que sí se llama Vanesa) son miembros de la nueva asociación Somos más contra la violencia machista. Es una asociación formada por mujeres víctimas de violencia de género que se acaba de crear en Zaragoza. Las integrantes se conocieron en cursos de la Casa de la Mujer (de defensa personal y biodanza) y decidieron formar una asociación para apoyar a las víctimas y sensibilizar a la sociedad.


"Desde nuestra asociación queremos mostrar la verdadera realidad de las víctimas de violencia machista. Las medidas de seguridad no están funcionando. Nosotras somos las que vivimos con temor y ellos van por la calle libremente. Los castigos que se imponen a nuestros maltratadores son ridículos. Los recursos para nuestro empoderamiento cada vez son más reducidos. Nuestros hijos sufren mucho como víctimas indirectas y en muchos casos directas de nuestros agresores", aseguran. La asociación se ha presentado este jueves en la Casa de la Mujer, coincidiendo con los actos del Día Internacional contra la Violencia de género.


Vanesa y Marta comparten muchos capítulos del relato: la dependencia emocional de su agresor, la disculpa ("solo ha sido una vez, ya no volverá a pasar"), la vergüenza, la soledad, su baja autoestima, el miedo por ellas y por sus hijos... También hay diferencias: Vanesa no denunció nunca. Marta sí, y su agresor fue condenado. Aunque solo a nueve meses de cárcel, que quedaron en unos trabajos a la comunidad.Por qué cuesta tanto denunciar


"Después de cada bronca, él volvía, pedía perdón y vuelta a empezar. Yo le quería ayudar, me decía a mí misma que algún día cambiaría, que era culpa de sus adicciones. Pero no era así. Nunca me planteé denunciar, no pensaba que sirviera para nada. Llegó un punto que no sabía ni por qué estaba con él, pero seguía. Hasta que un día tuvimos una discusión muy fuerte delante de nuestra hija y dije 'hasta aquí'. Una amiga me llevó a la Casa de la Mujer y me apunté a sus cursos. Hace dos años y medio. No he vuelto con él. A veces me llama o me insulta por Facebook, pero ya está fuera de mi vida", cuenta Vanesa, zaragozana de 35 años, con una hija de 10. Trabaja en un almacén de Inditex y reconoce que la estabilidad laboral ayuda a dar el paso.


"Por los hijos aguantamos muchos años. Ahora veo que es una equivocación, que debería haber denunciado antes. Pero por los hijos también te das cuenta de que tienes que salir de esa situación. Pero no es fácil. En mi caso las agresiones eran constantes, por cualquier cosa. Me pegaba porque no le gustaba mi ropa, o la comida que había preparado, o si quedaba con alguien que no le gustaba. No lo hablaba con nadie por vergüenza. El médico de cabecera me vio las marcas de una paliza y me animó a que denunciara. Pero yo no denunciaba porque estaba aterrada, en estado de shock. Me decía que si denunciaba, me quitaría a los hijos. Después de una bronca muy fuerte, me asusté mucho. Vi que mi vida peligraba, pensé qué les pasaría a mis hijos si yo no estaba, y decidí denunciar", recuerda Marta, madre de dos hijos, profesora en paro.Críticas a la custodia compartida


El exmarido de Marta fue detenido, juzgado y condenado a 9 meses de cárcel. No ingresó en prisión y solo cumplió unos meses de trabajos a la comunidad y una orden de alejamiento de dos años. Inicialmente, el juez decretó la custodia de los hijos para ella y un régimen de visitas para él. Después él solicitó la custodia compartida y le fue otorgada. Marta recurrió y el caso está en el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA).


"¿Cómo puede ser que una persona condenada por malos tratos durante casi diez años consiga la custodia compartida? No lo entiendo, es indignante. Mis hijos no quieren estar con él, pero no se les tiene en cuenta. Los jueces no miran por el bien del menor", se lamenta Marta. No es el único caso. Otras mujeres de la asociación también viven una situación similar. La custodia compartida para padres condenados por violencia de género es un tema de debate social y judicial en los últimos años. Ha habido sentencias en ambos sentidos. La asociación Somos más critica duramente la concesión de la custodia compartida a estos padres. Otros colectivos defienden el derecho de los padres a mantener la relación con sus hijos.


"Nuestros hijos han vivido muchos años en un ambiente de violencia. Han visto agresiones y han sido testigos de humillaciones diarias. Eso les deja secuelas y les afecta en su desarrollo. Mi hija es muy nerviosa y, a veces, agresiva. Está en tratamiento psicológico desde hace varios años", apunta Vanesa. "Nuestros hijos son víctimas no reconocidas", asegura Marta.


La asociación Somos más tiene de momento su sede en la Casa de la Mujer. Y también están en Facebook. Ofrecen apoyo a las víctimas, asesoría y actividades de sensibilización.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión