Prisión para una madre que atacó y arrastró del pelo a una maestra por expulsar a su hijo

Reconoce la agresión ocurrida en Épila y acepta una pena de 15 meses, así como el pago de 7.000 euros de indemnización.

La agresora, ayer, en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza, antes de pactar la pena.
La agresora, ayer, en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza, antes de pactar la pena.
Heraldo

El Juzgado de lo Penal número 7 de Zaragoza decidió imponer ayer una condena de un año y tres meses de prisión a Rosario Jiménez Jiménez por atacar a la maestra de su hijo y causarle lesiones de las que tardó tres meses en recuperarse. La agresión se produjo a raíz del expediente abierto al niño, de cinco años, al que la dirección del colegio público Gaspar Remiro de Épila expulsó dos días por morder a la docente. La madre no aceptó el castigo y decidió plantarse en el centro a pedir explicaciones. Pero ni siquiera pudieron dárselas, puesto que nada más llegar se fue directa a por la profesora.


Los hechos se produjeron a las 9.25 del 17 de octubre de 2014 en la entrada del colegio, puesto que la madre sabía que a esa hora la maestra de su hijo estaría vigilando la fila de los escolares de 3º de infantil. Poco le importó que allí hubiera muchos otros padres y docentes, puesto que, como ella misma reconoció ayer "se abalanzó sobre la víctima, la asió fuertemente del pelo, la tiró al suelo y la arrastró varios metros".


Como consecuencia de la inesperada agresión, la perjudicada precisó de asistencia médica, ya que sufrió lesiones en la mano izquierda y en el cuero cabelludo. A la mujer le diagnosticaron también un cuadro de estrés postraumático, que le impidió dar clases durante los tres meses siguientes. Además, le ha quedado como secuela un trastorno neurótico (que le afecta al ánimo y al sueño y le genera un gran miedo a volver a ser agredida).


Por estos graves hechos, formularon denuncia contra la madre tanto la Fiscalía como el letrado de la Comunidad Autónoma, puesto que la víctima de la agresión es trabajadora de la DGA. Ambas partes acusaban a Rosario Jiménez de dos delitos: uno de atentado y otro de lesiones. Sin embargo, las penas que proponían eran distintas, dado que el ministerio público pedía 2 años de cárcel y una indemnización de 9.000 euros, mientras que la DGA elevaba la condena a 3 años de prisión y 12.000 euros.


El juicio prometía ser largo, puesto que además de la acusada y la víctima habían sido citados numerosos testigos. Sin embargo, el hecho de que la madre reconociera la agresión permitió a la defensa, a cargo del letrado Javier Elía, alcanzar un acuerdo previo con las acusaciones y acortar los trámites. Eso sí, la denunciada tuvo que aceptar una condena de nueve meses de cárcel por el atentado y de seis por las lesiones. A ello se suma el abono de 7.000 euros de indemnización, así como una medida de alejamiento que impedirá a la mujer acercarse a la víctima por un periodo de tres años. En cualquier caso, la docente ya no está destinada en el colegio público de Épila, por lo que la condenada podrá seguir llevando a sus hijos a clase. Esta última ya fue penada con una multa de 240 euros por una falta contra el orden público, ya que el 27 de marzo de 2015 volvió a presentarse en el colegio amenazando de muerte a la maestra y a la directora.

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