Rotondas, esas joyas arquitectónicas

Una selección de diez rotondas aragonesas que han llamado la atención de los internautas.

Nos topamos con las rotondas de manera habitual y muchas veces ni nos percatamos de su presencia, sin embargo, hay algunas que, bien por su originalidad o por su excentricidad, han logrado captar la atención de quienes circulan en torno a ellas. Ofrecemos una selección de diez rotondas distribuidas por la geografía aragonesa, algunas curiosas o diferentes… y otras que no han agradado mucho a los usuarios de internet.


En la provincia turolense se encuentra la conocida como Rotonda de la quitanieves. Situada en el Polígono Industrial La Paz, se basa en una máquina quitanieves de color amarillo prácticamente real. Esta figura se encuentra a escasos metros de la Rotonda del doncel leyendo. ¿Su peculiaridad? Su tamaño: apenas 4 metros de envergadura en un espacio de dimensiones considerables. Se trata de una pieza en acero cortén de Pascual Berniz que representa de forma abstracta a un joven leyendo un libro.


Todo lo contrario ocurre con la Rotonda de los amantes de Teruel, un enorme corazón de acero de más de 11 metros de altura y 60 toneladas de peso y realizado por el mismo escultor oscense. Instalada en el año 2004 en la entrada del barrio de la Fuenfresca de Teruel, costó 30.000 euros.


Pero sin duda, una de las rotondas más emblemáticas de la provincia es la Rotonda del Jamón, ubicada en el municipio de Calamocha. Un homenaje a uno de los emblemas gastronómicos de la provincia de Teruel.


En Zaragoza, hay rotondas más desconocidas como el Monumento al gallo de Moyuela elegido en honor al símbolo de la ciudad para conmemorar su XXI aniversario. La figura de metal es obra del escultor local Lorenzo Crespo Aznar. Mide 11 metros y pesa 875 kg y se ubica en el mirador de Santa Bárbara.


En la capital aragonesa se encuentra la escultura Puesta de Sol, en una rotonda muy transitada de Vía Hispanidad. En rojo y amarillo, la obra del andorrano Fernando Navarro Catalán representa la silueta del Moncayo de 25 metros de largo. Muy cerca se encuentra el Monumento a Isabel La Católica, una estatua figurativa de acero de Angel Orensanz instalada a finales de los años 70.


Por supuesto la provincia oscense no podía quedarse atrás en cuanto a esculturas curiosas, como ocurre con el extravagante Monumento de Periferias realizado por Isidro Ferrer ubicado en la rotonda del Hospital de San Jorge; o la pieza denominada ‘La Humanidad’, parte de la Trilogía de la Convivencia que se ubica a lo largo de la Avenida de los Danzantes de Huesca.


En esta ocasión, se trata de una pieza de más de 50 metros de longitud y formada por más de 2.300 bloques de madera ensamblados entre sí. Se encuentra suspendida sobre más de 100 barras de hierro macizo y su peso roza las 40 toneladas. Se trata de una obra irregular creada por el oscense Vicente García Plana en enero de 2005.


También en la capital oscense nos encontramos con la enorme escultura denominada Petronila y las Águilas, de la artista oscense Teresa Ramón. Con una altura de 17 metros y cuatro de base, la pieza se localiza en las cercanías de Siétamo desde el año 2011. Se trata de un homenaje a un reina de Aragón del mismo nombre.

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