La muerte de una niña reabre el debate sobre los atracones de alcohol entre los jóvenes que alienta el botellón

Todas las alarmas saltaron a media tarde del pasado jueves, cuando los medios de comunicación se hicieron eco de una preocupante noticia: una niña de 12 años de edad había muerto en el hospital 12 de octubre de Madrid tras estar varios días ingresada a consecuencia de un coma etílico. La preocupación de miles de padres de toda España creció exponencialmente cuando se conoció que no era la primera vez que la joven consumía gran cantidad de bebidas alcohólicas.

De unos años a esta parte, el consumo de alcohol entre menores de edad ha sido uno de los principales caballos de batalla de los gobiernos en materia de salud. Se han multiplicado las campañas de concienciación, las trabas para conseguir bebidas en los establecimientos de alimentación y también para consumirlo en lugares de ocio, como conciertos. Parece que tanto esfuerzo no está dando sus frutos, que algo se está haciendo mal, porque cada año organizaciones contra la drogadicción y diversos organismos públicos alertan de que los jóvenes cada vez empiezan a beber a edades más tempranas. Además, cada vez consumen más cantidad.

De acuerdo con la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias (Estudes), realizada en el año 2012, en Aragón la edad media de comienzo de consumo de alcohol en Aragón se sitúa en torno a los 13 años de edad. En la misma estadística se señala que el 80,4% de los escolares aragoneses de entre 14 y 18 años reconoció haber consumido alcohol en los 30 días previos a la encuesta.

El Justicia de Aragón, en un informe sobre los menores aragoneses publicado la pasada primavera, alertaba de que "el 99% de estos chicos han consumido sustancias tóxicas ilegales". El principal problema en este segmento de la población, proseguía el documento, "es el consumo de alcohol" y hacía un preocupante diagnóstico: "No se bebe para socializar, sino que consumen mucho alcohol y muy rápido como medio para interactuar a través de ese nuevo estado de desinhibición".

El consumo por atracón

"Hace años, las personas que nos llegaban con un problema de dependencia severa del alcohol tenían alrededor de 35 o 36 años. Ahora nos llega gente en esta situación con 22 o 23 años", indican desde la asociación Albada, que atiende a alcohólicos rehabilitados. En esta situación, dicen, el fenómeno del botellón tiene mucho que ver. "Venimos advirtiendo del problema desde hace tiempo y creemos que esto va ir a más", advierten.

Hay épocas del año, como el verano o las fiestas locales, en las que el número de botellones se dispara. Es el caso, por ejemplo, de las fiestas del Pilar de Zaragoza. Los servicios sanitarios habilitados en los grandes recintos están acostumbrados a atender cada noche a varios menores que han consumido alcohol en una cantidad excesiva. No hay cifras oficiales, pero la sensación de preocupación sobre este asunto en estos profesionales es importante.

De acuerdo con los expertos, el botellón hace que haya menor porcentaje de bebedores pero con una forma de consumo preocupante, porque raya un patrón compulsivo. "Es lo que se hace en el botellón, emborracharse por emborracharse", dijo este viernes Ángel Turbi, profesor de Psicología de la Universidad Católica de Valencia, antes de participar en una jornada relacionada con estos comportamientos.

En 2014, el Gobierno central elaboró un anteproyecto de ley para regular el consumo de alcohol. Entre otras medidas para luchar contra el botellón, contemplaba multas a los progenitores cuyos hijos bebieran alcohol en grandes cantidades de forma reiterada. También se regulaban multas de entre 300 y 600.000 euros para quien incitara a beber, vendiera o promocionara bebidas alcohólicas para niños y adolescentes. El proyecto legislativo se acabó abandonando en el otoño de 2015 por la cercanía del 20-N con la promesa de ser retomado en la siguiente legislatura.

Ya hay jóvenes que consumen alcohol todos los días

La Confederación de Entidades para la Atención a las Adicciones (CEAA), que agrupa a centros de las comunidades autónomas de Aragón, Cataluña, Extremadura y País Vasco, realiza todos los años un informe en el que detalla la situación del consumo de sustancias estupefacientes en la población. En la memoria de 2015 explicaban que se había registrado un incremento de los jóvenes menores de 18 años atendidos en centros asociados y señalaba que casi cuatro de cada diez de estos adolescentes "eran menores de 16 años".

Un estudio realizado por el Ministerio de Sanidad dibuja una realidad todavía más desalentadora: el 1,7% de los jóvenes de 14 a 18 años declaró haber consumido alcohol diariamente en los últimos 30 días (0,9% a los 14 años y 2,4% a los 17 años). Son datos del año 2014. "Entre los jóvenes no hay conciencia de lo que supone el alcohol", lamentan desde Albada. Los miembros de la asociación están convencidos de que "es la sociedad la que tiene que tomar impulso frente a este problema y buscar soluciones".