Mejorar la producción de alimentos y reconocer el trabajo que se desarrolla en el mundo rural es el principal objetivo de los premios que concede la Alianza Agroalimentaria Aragonesa. El antiguo salón de plenos de la Diputación de Zaragoza acogió el jueves la tercera edición de estos galardones tan pegados a la tierra.

Esta, precisamente, fue la virtud más destacada en los discursos, entre otros, del consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, y del vicepresidente de la Diputación de Zaragoza, Martín Llanas. En la categoría de Investigación e Innovación Agroalimentaria, el premio lo recibió el veterinario del Centro de Transferencia Agroalimentaria, Francisco Iguácel, por su trabajo sobre la gestión sostenible de los subproductos orgánicos de las explotaciones ganaderas y sus estudios sobre el sector porcino. “Me hace mucha ilusión –comentó– porque es un trabajo que ha servido para una mayor concienciación sobre los riesgos ambientales en los cultivos”.

En el apartado de Industrialización y Comercialización Agroalimentaria se reconoció el trabajo de la empresa José Mª Lázaro por su apuesta por la colaboración para que las pymes alimentarias ganen en competitividad en los mercados y como ejemplo que da visibilidad a la labor que desarrollan las mujeres en el sector agroalimentario. Su gerente, Ruth Lázaro, destacó la apuesta decidida por la calidad y la innovación en la fabricación de conservas de frutas.

El premio al agricultor destacado fue para los hermanos Pedro, Fernando e Ignacio Abad Piquero, pioneros en agricultura de conservación. Su explotación agrícola está situada en Lanaja, en el corazón de Los Monegros, donde llevan realizando ininterrumpidamente la siembra directa “obteniendo muy buenos rendimientos, reduciendo costes y mejorando la fauna y la diversidad de especies”.

Por último, Pepe Quílez, director de Aragón Televisión, recogió la mención especial a este medio de comunicación “por su contribución a la difusión de los valores del sector agroalimentario”.