Aragón, la segunda Comunidad más difícil para encontrar empleo cualificado

Un 41,5% de los contratos firmados por graduados universitarios son para desempeñar trabajos que no encajan con su nivel educativo.

Contratos firmados por graduados para tareas de baja cualificación
Contratos firmados por graduados para tareas de baja cualificación
Kristina Urresti

El último informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo revela que Aragón fue el año pasado una de las comunidades con una menor tasa de paro entre los graduados superiores. Aún así, el informe constata que Aragón es una de las comunidades que más difíciles pone las cosas a los titulados universitarios ya que el fenómeno de la 'sobreeducación' sigue aumentando hasta el punto de que la Comunidad se ha convertido ya en la segunda región española con un mayor porcentaje de 'empleos no encajados'. Esto significa que un gran número de personas con estudios superiores acaba trabajando en puestos para los que, en principio, no necesitarían su formación.


Según se deduce de este informe, la estructura productiva de la región no genera suficientes ocupaciones de alta cualificación como para abarcar la demanda de sus habitantes con estudios superiores. En 2015, un 41,5% de los contratos iniciales firmados por graduados universitarios fueron para desempeñar puestos de trabajo que no encajaban con su nivel educativo.


El estudio utiliza datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y destaca que desde principios de la presente década este fenómeno no ha dejado de aumentar en la Comunidad, al igual que en el resto de España. A nivel nacional este porcentaje de 'empleos no encajados' o de 'sobreeducación' no llega al 34% y aún así España es el país con un mayor porcentaje de trabajadores con un nivel educativo superior al requerido para su empleo de entre los 29 que aportaron datos a la OCDE.

Administrativos y hostelería

A rasgos generales, casi el 24% de los contratos de trabajo firmados por graduados universitarios fueron para desempeñar tareas de empleado contable y administrativo o bien de empleado de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores para los cuales bastaría tener un ciclo formativo de grado medio, bachillerato o incluso estudios primarios. Casi un 8% adicional de los contratos que se realizaron a graduados universitarios el año pasado se hicieron para desempeñar ocupaciones elementales para las que, en principio, no sería necesario poseer ningún tipo de estudios.


Es el caso de Ainhoa F., una diplomada en Turismo de 26 años que a día de hoy ejerce como dependienta en una cadena de ropa deportiva. Aunque reconoce que le gustaría poder dedicarse a algo relacionado con sus estudios, insiste en que se considera "afortunada" por tener un trabajo bien remunerado. También sirven como ejemplo los casos de Samuel J. Y Fernando P., un graduado en magisterio y un psicólogo que, tras años sin lograr acceder al mercado laboral y sin aprobar sus respectivas oposiciones se decantaron por entrar al Ejército como soldado.


Como ellos, miles de egresados universitarios han tenido que moderar sus expectativas laborales en los últimos años para adaptarse a la realidad del mercado laboral. España está entre los países europeos que más graduados superiores genera y, de hecho, el 35,1% de la población española de entre 25 y 64 años estaba en 2015 en posesión de una titulación educativa de nivel terciario (o bien universitaria o bien de formación profesional de grado superior). Entre los jóvenes de entre 25 y 39 años este porcentaje de titulados superiores se eleva al 42,6%. El alto nivel de 'sobreeducación' demuestra que la actual estructura productiva del país no es capaz de absorber semejante volumen de personal altamente cualificado.

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