Los problemas de la almendra, el último filón del campo aragonés

En los últimos años la plantación de almendros ha crecido considerablemente en Aragón. Este 2016 los precios y su producción están cayendo un 30%.

Paseo entre almendros en Ayerbe.
Paseo entre almendros en Ayerbe.
Heraldo

José Luis Sánchez es un agricultor de Aniñón, en la Comunidad de Calatayud. Allí tiene viñas y almendros, dos de los cultivos más afectados por la falta de lluvias que en los últimos meses ha sufrido Aragón y la práctica totalidad de España.


En concreto, en este municipio no ven llover ni una gota desde el 16 de mayo. Una circunstancia que Sánchez calcula que merme su producción de este año considerablemente.


“La producción de este año ya no va a ser ni de cerca tan buena ni tan rentable como la del pasado. Pero el problema de verdad está en que si no llueve un poco en las próximas semanas los almendros pueden sufrir mucho de cara a campañas venideras”, dice.


La almendra ha sido en los últimos años uno de los productos que más implantación ha tenido en el campo aragonés. Tras dejarse perder durante años muchos almendros, en los últimos tiempos su cultivo ha aumentado considerablemente, sobre todo en regadío, donde se han triplicado, hasta suponer un total de 64.000 hectáreas, lo que convierte a Aragón en la región de España con más producción de este fruto seco.


Y no faltan motivos. La pasada campaña la almendra sin cascara se estuvo pagando a una media de entre 7,5 y 9 euros el kilo en lonja según la variedad, un precio que los agricultores no pueden ver prácticamente con ninguna otra producción.


Sin embargo, esta temporada las cosas se están torciendo, y los agricultores avisan de que a medio plazo el que hoy es uno de los cultivos más rentables del campo aragonés pueda tener aún más problemas. A la falta de lluvias se ha sumado el repunte en la importación de almendra procedente de California.


“En España somos a la vez el tercer productor mundial pero también el primer importador de almendra desde California”, explica Bernardo Funes, representante de Frutos Secos de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón, que cree que la cosecha podría descender este año en torno a un 30%, del mismo modo que los precios.

Aragón, al frente de la investigación científica

“El problema a medio plazo es que si continúa la sequía muchos árboles pueden sufrir, y por eso las asociaciones de agricultores llevamos tiempo pidiendo que se fomente un plan de reconversión varietal”, comenta Funes.


Lo que se buscaría con esta reestructuración sería potenciar variedades que han sido investigadas en la Comunidad. El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), lleva varios años haciendo de la investigación de la almedra una de sus puntas de lanza. Poseen una de las patentes de portainjertos más valoradas de todo el mundo, y han desarrollado variedades como la Belona, cuyos tiempos de floración y resistencia se adaptan mejor para prevenir heladas y los extremos ambientales.


“Así -señala Funes- se diferenciaría la producción aragonesa de la californiana, que es una variedad común, y sería una buena forma de complementar a otras de calidad como la Marcona o la Largueta”.

Los robos, el problema que continúa

Aunque este año la producción ya se da por hecho que será menor que otros años, un problema que no cesa para sus productores es el de los robos, que ha azotado especialmente a los productores de almedra en los últimos años por sus altos precios. Sin ir más lejos el pasado 30 de agosto la Guardia Civil detenía a cuatro personas por el robo de 900 kilos de almendras en una explotación de Garrapinillos. Un botín cuyo precio en el mercado habría superado los 3.600 euros.


“Es un mal endémico de un producto que se paga bien. Pero también hay que pensar que quien roba luego lo vende en algún sitio, y también hay que luchar contra eso”, señala Funes.

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