​Los ingresos para pagar pensiones aún caen pese a que se han recuperado 50.000 empleos

Hace unos días, la última Encuesta de Población Activa dejó una de cal y otra de arena para Aragón. El número de desocupados subió en la Comunidad frente al descenso generalizado que se dio en toda España. Sin embargo, Aragón se mantiene como la cuarta autonomía con menor tasa de paro (15,2%), un porcentaje sensiblemente mejor que la media nacional pero que no está sirviendo, al menos de momento, para paliar otro de los grandes problemas que en los últimos meses de enlazadas campañas electorales se ha puesto sobre la mesa: la viabilidad del sistema de pensiones.

Hasta el primer trimestre del 2016, y a pesar de haber recuperado ya casi 50.000 empleos con respecto a la peor época de la crisis -entre finales de 2013 y comienzos de 2014, cuando Aragón solo tenía medio millón de personas ocupadas-, las cotizaciones de los trabajadores en activo siguen sin remontar. En concreto, durante los primeros meses del año los ingresos por esta vía retrocedieron un 0,7% según los datos facilitados por la Seguridad Social. Esto es apenas un millón y medio menos de euros que hace un año, un descenso que puede parecer escaso, pero que encuentra el problema al ver cómo hoy hay 15.000 personas más trabajando y cotizando en la Comunidad que siguen siendo insuficientes para sobrellevar el gasto en pensiones.

La situación a nivel nacional no es distinta. De hecho, todas las autonomías, a excepción de Cataluña, han seguido perdiendo ingresos a pesar de la mejora general del empleo, y los relativamente buenos datos de empleo de la Comunidad en comparación con otras regiones le permiten ser la que menos pierde, frente al descenso del 2,2% de media en toda España y el 8,6% que se da en la Comunidad Valenciana, la región que sale peor parada.

¿Pero cómo es posible que con más trabajadores aportando, el dinero que llega a la Seguridad Social siga cayendo? Los sindicatos y varios grupos de expertos han puesto el foco en los últimos meses en el descenso de los salarios y la temporalidad como punto de partida de esta situación por encima del envejecimiento de la población. Hay más gente contribuyendo, pero con peores salarios. Un horizonte que no estaba contemplado en los Presupuestos Generales del Estado, donde se preveía que este año los ingresos comenzaran a creecer con más fuerza que los gastos por el pago de las pensiones.

La Airef, el organismo independiente creado por el Estado hace unos años para supervisar el control de las finanzas públicas, concluyó en su último informe presentado la semana pasada que el sistema de pensiones afronta un problema estructural, y “el progresivo agotamiento del Fondo de Reserva, requieren la adopción de medidas para garantizar la financiación del sistema en el corto plazo”.

Solo Aragón genera un déficit anual de 867 millones

En los últimos meses el debate sobre un nuevo modelo de sostenibilidad se ha acrecentado. Especialmente después de que el Ejecutivo realizara este mes de julio una nueva retirada de la hucha de las pensiones y de que el Tribunal de Cuentas levantara la polémica (desmentida casi de inmediato por la Seguridad Social) de que en España podría haber casi 30.000 fallecidos cobrando una pensión.

Lo cierto es que de momento las cuentas no salen de ninguna forma. El año pasado, solo en Aragón, la diferencia entre cotizaciones sociales y gasto en pensiones contributivas ascendió a 867 millones de euros, un déficit que a nivel nacional sube hasta el 17.600.

Hasta ahora, y a la espera de que se convoque el Pacto de Toledo, también pendiente de la parálisis política, las últimas campañas electorales han servido para poner el foco sobre este problema mediante propuestas. Algunas de ellas, como ya planteó la propia secretaría de la Seguridad Social el año pasado, pasaban por la creación o redistribución de nuevos impuestos para 'aliviar' este déficit.