Los jóvenes agricultores reivindican la necesidad de garantizar el relevo generacional en el campo y la importancia de su sector. Solo el 5% de los que reciben ayudas europeas de la PAC tienen menos de 35 años y más de la mitad superan los 55. Con estos datos, “dentro de 10 años, más de la mitad de los perceptores de ayudas de la PAC van a estar en edad de jubilación”, destacó este viernes Toño Romé, recién elegido representante de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA) en la Ejecutiva de la organización nacional COAG. “Es el momento idóneo para apostar por un fuerte relevo, tanto en el sector como en el medio rural”, destacó.

Por ello, la organización agraria pidió que se facilite la llegada de jóvenes a las explotaciones agrarias y ganaderas. “Necesitamos nuevos criterios de baremación” para las ayudas a la incorporación de jóvenes que se tramitan actualmente, pidió Ferdinand Cookson, responsable del área de Jóvenes de UAGA. A 15 de julio, se han presentado ante el Gobierno de Aragón 696 expedientes de incorporación de jóvenes, a los que habría que añadir 763 de modernización de explotaciones, detalló. “Esperamos que el 60% se aprueben”, añadió, con los actuales criterios, que pidió se reformen para que se amplíe este porcentaje mediante la publicación de una convocatoria nueva de ayudas antes de final de año para los que se han quedado fuera. “Un joven que se queda en el campo genera siete puestos de trabajo indirectos”, afirmó. De ahí que con los alrededor de 400 que se sumarán este año se podrían crear hasta 2.800 empleos, calculó Romé, y en un sector que no se puede deslocalizar, recalcó.

De ahí que el secretario general de UAGA, José Manuel Penella, alertara de los recortes pedidos a España desde Bruselas, aún sin concretar. Si estos se traducen en bloquear los fondos que sirven para pagar ayudas como las de incorporación de jóvenes sería un “mazazo” al medio rural, dijo.

Marcos Garcés, recién elegido coordinador de las Juventudes Agrarias de COAG, en sustitución de Romé, enumeró las barreras que tienen quienes quieren labrarse un futuro en este sector, que son “más altas que para el resto de profesiones”. Así, necesitan una “desorbitada inversión económica”; si no tienen tierras de su familia “es muy difícil encontrar”; falta formación específica; la burocracia es “caótica” y carecen de muchos servicios en el medio rural.

La organización ha publicado una Guía de servicios al agricultor y ganadero en 2016 que está especializada en orientar en la incorporación de jóvenes al sector.