Los niños, las víctimas invisibles de la violencia de género

Al menos un millar de niños son víctimas de violencia de género en Aragón por ser hijos de mujeres víctimas de esta violencia.

Escenario de uno de los últimos crímenes por violencia de género en Zaragoza.
Escenario de uno de los últimos crímenes por violencia de género en Zaragoza.
Heraldo

"Voy a llevar a tu madre a un viaje del que no va a volver", le dijo Rubén Moreno al hijo de Soraya, de 6 años, unos días antes de matar a tiros a su expareja en un bar de Miralbueno en febrero. El hijo de Alexandra, de 5, convivió con la violencia doméstica desde pequeño. Hasta que su padre mató a su madre cuando le llevó al punto de encuentro familiar en la calle de Conde Aranda hace dos semanas. Ambos menores viven ahora con otros familiares y simbolizan el drama que viven cientos de menores en Aragón víctimas de violencia de género.


Los menores son las víctimas silenciosas e invisibles de esta tragedia. Desde el año pasado, cualquier niño que viva en un hogar donde una mujer es víctima de violencia de género es considerado también víctima. Según esta definición, en Aragón al menos un millar de niños son víctimas de violencia de género. Los jueces decretaron en 2015 unas mil medidas civiles dentro del marco de las órdenes de protección y/o como medida cautelar, según los datos del Observatorio contra la violencia doméstica y de género del Consejo General del Poder Judicial. Estas medidas se suelen tomar cuando hay menores implicados e incluyen temas como el régimen de visitas, la pensión o la custodia.


"En julio de 2015 se modificó la Ley orgánica de Violencia de Género para incluir como víctimas a todos los menores hijos de mujeres víctimas de violencia, sean o no víctimas directas de esta violencia, sean o no testigos directos de las agresiones físicas o verbales. Por el mero hecho de vivir en un ambiente donde hay violencia ya son víctimas. Esta modificación responde a una demanda social, pero ha quedado en una mera declaración de intenciones. No ha llevado aparejada ninguna reforma penal ni más medidas de protección", explica Antonio Muñoz, coordinador del Servicio de Atención a la Mujer en el Colegio de Abogados de Zaragoza y miembro de la subcomisión de Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial.


Los jueces pueden decretar diversas disposiciones de protección para las mujeres (y sus hijos) en los casos de violencia de género, como medidas de alejamiento o protección policial. El año pasado en Aragón hubo más de 20.000 denuncias por violencia de género y los juzgados aprobaron 635 órdenes de protección. Solo en los casos más graves de violencia se suspende el régimen de visitas de los padres a los hijos. Este punto genera mucha controversia social y algunos colectivos piden que se reconsidere. El Colegio de Abogados apuesta por estudiar "caso a caso" y no limitar automáticamente la relación de los padres con sus hijos.Lo primero, buscar a la familia


El Servicio de Atención a la Infancia del Gobierno de Aragón y la Unidad de Familia de la Policía Nacional están coordinados para atender a los menores que quedan desprotegidos en los casos más graves de violencia de género, como los recientes asesinatos de Soraya y Alexandra. El objetivo es proteger a los menores y reintegrarlos en su núcleo familiar siempre que sea posible.


"En un primer momento, tras un caso de agresión, lo primero es proteger al menor. Si la madre está herida o ha fallecido, buscamos a algún familiar que se pueda hacer cargo de él. Lo ideal es que estén en un entorno propio. En el último caso, la familia vivía fuera y el niño pasó al servicio de protección de menores de la DGA", explica Clara Pérez, jefa de la Unidad de Familia y Mujer de la Policía Nacional en Aragón.


El hijo de Alexandra estuvo unos días con una familia de acogida hasta que pudieron venir familiares maternos a hacerse cargo de él. "Se activó el protocolo de atención urgente de protección de menores. Para los niños menores de 6 años buscamos una familia de acogida. Para chicos mayores hay otros recursos como centros de acogida hasta que localizamos a algún familiar. Lo ideal es que estos niños puedan estar con su famiila y desde servicios sociales se les presta todo el apoyo posible", señala María José Bajén, jefa del servicio de Atención a la Infancia del Gobierno de Aragón.Efectos psicológicos a largo plazo


A corto plazo, las instituciones trabajan para buscar alojamiento y un entorno familiar a los menores víctimas directas de la violencia de género. A largo plazo, los psicólogos advierten de los efectos que la violencia (sufrida directamente en forma de agresiones y amenazas, o como testigos) tiene sobre estos niños.


"La violencia de género provoca estrés postraumático y problemas psicológicos a largo plazo. Tanto en los que la han sufrido directamente como los que han convivido con ella. Muchos de estos niños tienen después problemas de autestima y les cuesta mantener relaciones afectivas. Se aislan y les cuesta hablar de sus sentimientos. Deberían recibir atención psicológica. Los menores son las grandes víctimas y grandes olvidadas", afirma Pilar de la Torre, psicóloga zaragozana especializada en el tratamiento a las víctimas, sobre todo mujeres y niños.


Esta psicóloga pide más protección para los menores y cuestiona los actuales regímenes de visitas. "Habría que limitar mucho más el contacto del padre violento con sus hijos. La violencia forma parte de su modo de relación. Quien es o ha sido violento con su pareja, lo puede ser también con otras personas de su entorno, como sus hijos. Habría que protegerles más directamente con fórmulas de protección reales", asegura.

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