​“Nos gustaría tener más seguridad jurídica para consumir cannabis en el ámbito privado”

?La Federación de Asociaciones Cannábicas de Aragón, constituida el año pasado, defiende el consumo de esta droga controlado y de forma privada.

El consumo recurrente de cannabis es casi cuatro veces superior en hombres que en mujeres
Los clubes de cannabis permiten a sus socios el consumo de drogas.
Antonio García/Heraldo

En Aragón existen varias asociaciones que defienden el consumo de marihuana de forma lúdica o terapéutica. El año pasado se formó la Federación de Asociaciones Cannábicas de Aragón, que aglutina a siete de ellas. Domingo Anguis es su presidente, y también lo es del Club de Autocultivo Terapéutico de Aragón. Todas ellos son asociaciones constituidas legalmente donde se consume cannabis de forma restringida entre sus socios “de forma controlada y sin que salga a terceros”, afirma.


Su situación y el consumo de marihuana en estos locales es “legal”, según señalan, aunque siempre se han amparado en normas poco concretas que han dejado vacíos legales en los que se amparan. La última Ley de Seguridad Ciudadana, que también afirman que es poco clara a la hora de entrar a valorar el consumo en el ámbito privado, abrió algunas lecturas legales nuevas.


“Aún queda por ver cómo se aplica la Ley, porque lleva muy poco tiempo, pero nosotros entendemos que no se tipifica como delito el cultivo en el ámbito privado siempre y cuando no se haga a la vista de la gente, como tener plantas en terrazas o balcones. No obstante, sigue siendo una norma que no es clara, y nos gustaría que hubiera una legislación concreta al respecto”, comenta Anguis.


Todos estos clubs y asociaciones permiten el consumo in situ a sus socios, pero no se hacen responsables de si uno de ellos es multado tras obtener la sustancia en el local. “El problema es en el camino del local de la asociación a tu casa, por lo demás, el consumo privado de cannabis está permitido”, explica.


Para obtener la marihuana que consumen, Anguis explica que se basan en el autocultivo y la compra mancomunada y ponen el foco, además de en el aspecto lúdico, en el terapéutico. “Tenemos varios socios que han llegado a nosotros sin ser fumadores lúdicos antes. Son personas enfermas, la mayoría de forma crónica, que usan el cannabis para llevar mejor las náuseas o los dolores. No decimos que el cannabis cura, solo decimos que hay gente a la que ayuda a llevar una mejor calidad de vida”, señala.


A pesar de la normalidad que defienden, son muchas las voces -especialmente por parte de asociaciones de ayuda a drogodependientes- que ven a estas asociaciones como una forma de trivializar el consumo de droga. Además, en Aragón, una de las asociaciones más conocidas de este tipo y con más antigüedad, la Sociedad de Estudios del Cáñamo de Aragón, se encuentra actualmente en un proceso judicial abierto después de que una actuación policial en 2013 detuviera a tres de sus responsables y socios por su supuesta participación en un delito de tráfico de drogas.


“Nosotros perseguimos una normalización del consumo. Nuestros socios son personas con vidas normales que simplemente optan por el consumo en el ámbito privado, pero estamos en contra de cualquier consumo descontrolado. De hecho, esa es una de nuestras razones para constituirnos”, defiende el presidente de la Federación.


Estos clubs han tenido un auge muy importante en los últimos años en toda España, aunque siguen moviéndose de forma discreta, recibiendo solo nuevos socios por medio de la recomendación de otros anteriores. “Que yo conozca, en Aragón hay en torno a una treintena de asociaciones de este tipo. Algunas se están poniendo en marcha ahora”, cuenta Anguis.

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