Las tormentas veraniegas y el pedrisco han dañado diversos cultivos en Extremadura -como arroz, maíz o tomate- y han afectado a los frutales de esta autonomía y de algunas comarcas puntuales Aragón, según han informado fuentes de las organizaciones agrarias.

En Extremadura, las tormentas y el granizo de este mes "cayeron con fuerza e hicieron daño" en zonas de regadío de Badajoz, han detallado desde la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja).

Afectaron a parcelas dedicadas tomate, arroz o maíz, así como a frutales, han añadido, si bien han señalado que como "un altísimo porcentaje" de estas producciones están aseguradas esto aporta "tranquilidad" y favorece que las pérdidas sean menos graves.

En Mérida, Cooperativas Agro-alimentarias de Extremadura y UPA-UCE han acordado hoy proponer mejoras en el seguro agrario para hacerlo más eficaz, en reacción a las tormentas, según han explicado en un comunicado.

En cuanto al calor extremo, el sector agrario no muestra preocupación ya que es propio de estas fechas, después de un invierno en que las temperaturas sí fueron anormalmente altas, lo que desató grandes temores.

Al hablar de fruta de hueso, es habitual que en verano caigan lluvias tormentosas o pedrisco en el valle del Ebro.

El secretario general de Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA-COAG), José Manuel Penella, ha mencionado "dos episodios": las últimas tormentas que hace unos días afectaron a la comarca de Calatayud (Zaragoza) al principio de la recogida de fruta y otras anteriores del Bajo Cinca, con daños puntuales en algunos municipios.

En relación a las últimas, ha mencionado que la lluvia "agrietó" las cerezas, lo que le resta calidad en el mercado; otras consecuencias, según Penella, son la pérdida de algún comprador -español o extranjero- por fallar el suministro de fruta o la merma de jornales.

A escala nacional, el responsable sectorial de fruta de hueso de COAG, David Borda, ha avanzado que salvo Extremadura -afectada por las tormentas- en general el verano está siendo "más tranquilo" en las fincas de Aragón y Cataluña que el pasado, y en volumen, el clima no se refleja tanto en una bajada de kilos.

Sin embargo, Borda ha afirmado que la cosecha española de fruta de hueso será entre un 20 % y un 30 % inferior a la de 2015, debido al invierno anómalo, con meses de diciembre y enero excesivamente calurosos y "heladas tardías" que cayeron cuando la fruta estaba en el árbol.

Esta circunstancia se dio especialmente en zonas tempranas como Andalucía o Murcia, donde, según Borda, la disminución de cosecha puede oscilar entre el 30 % y el 40 %. E