Una década de educación para todos

Como si de una pequeña casita se tratase, el IES Pirámide de Huesca cuenta con un módulo destinado a los alumnos de Educación Especial que cursan su las enseñanzas de Empleo Doméstico y Ayuda a Domicilio. Allí, estos jóvenes aprenden a vivir de manera autónoma, y a realizar las tareas del hogar, además de a cuidar de sí mismos. Una vez han completado las enseñanzas que allí se les ofrecen, realizan prácticas en hoteles y residencias de la ciudad, para lograr un certificado que les abra puertas laborales en este sector. Esta es solo un tipo de formación de las que presenta la sección destinada a la Educación Especial en el instituto oscense, adaptadas todas a las características de cada alumno, y que este año celebra una década desde que abrió sus puertas.

Aprender a dominar la técnica de las acuarelas, a hacerse la cama o a leer una partitura, son algunas de las aptitudes que los alumnos del centro aprenden en su día a día, en horario de 8.30 a 14.30. En total, son en torno a la treintena de jóvenes, procedentes de toda la provincia, lo que se preparan para adaptarse con garantías al paso a la edad adulta de la manera más autónoma posible.

Marisa Royo es profesora del centro desde que abrió sus puertas, impartiendo la asignatura de Plástica. Precisamente los trabajos realizados en sus clases fueron los protagonistas de la muestra 'La Pirámide Especial', que durante un mes ocupó la sala Saura de la Diputación Provincial de Huesca, y que se clausuró con un encuentro de los chavales con diferentes artistas de la ciudad, a modo también de celebración del décimo aniversario del centro. “Pudieron enriquecerse mutuamente los pintores y los alumnos, ya que ves chicos que tienen una sensibilidad artística muy grande”, dice con orgullo Royo.

Este tipo de actividades es uno de los grandes atractivos que ofrece la formación en el centro de Educación Especial, ya que el trabajo no se limita al interior del aula. “Realizamos salidas, incluso de varios días, además de actividades en la piscina Almériz, o visitas a exposiciones. Creemos que es una forma de estimular a los alumnos, y también de enriquecer la educación”, explica la profesora. También se realizan talleres en horario de tarde, como el de restauración de muebles, en colaboración con la asociación Down Huesca.

En el año 2006 fueron 12 los chicos que inauguraron este centro, en lo que era un proyecto piloto en la comunidad, ya que había otros centros enfocados a edades más tempranas, como el que existe en el colegio Pío XII de la ciudad, y el colegio La Alegría de Monzón, en el que también se pueden cursar ahora estudios enfocados a la adaptación a la vida independiente, en régimen de internado.

Así, como relata Marisa Royo, en el centro oscense los jóvenes se dividen por grupos en función de sus características, para adaptar los contenidos a cada uno, y se establecen una serie de opciones a la hora de matricular al alumno. El módulo, ya citado, de auxiliar de limpieza y empleo doméstico, destinado a una formación más laboral, el ciclo EBO, en lo que sería una educación básica obligatoria, o el TVA, enfocado a la preparación para la vida adulta.

“Los alumnos se dividen en asignaturas, como cualquier chaval del instituto. Desde plástica a conocimiento del medio o matemáticas, que impartimos profesores con formación para dar clase a alumnos de Educación Especial -siete docentes y dos auxiliares-. A excepción de las asignaturas de educación física o música, que las imparten compañeros del propio IES Pirámide, que también dan clase a alumnos de Secundaria”, comenta Royo. De hecho, algunos de los chicos combinan clases dentro del módulo de Educación Especial con otras en el instituto junto al resto de chicos del centro.

Respecto a la integración en esta convivencia, para la profesora de plástica, es total. “El centro acoge a la perfección también a todos nuestros alumnos”, asegura, a la vez que destaca la generosidad y la capacidad de aprendizaje que estos transmiten.