La intuición de la Policía se ha confirmado. El principal sospechoso del crimen de dos hermanos zaragozanos en Valencia se ha entregado a las autoridades y ha confesado los hechos. Se trata de Juan Antonio D. R., desaparecido desde que el pasado 22 de mayo se encontraran los cadáveres de Juan Carlos y Araceli Oliva Bellido, de 79 y 75 años de edad, en su piso de la calle Císcar de la capital del Turia.

Fueron los vecinos quienes alertaron a la Policía del mal olor que se extendía por el edificio y de la ausencia de los hermanos, por lo que el asesinato pudo producirse entre 20 días y un mes antes, dado el estado de descomposición de los cadáveres. Según explicó Juan Carlos Moragues, delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, los cuerpos, que presentaban signos de estrangulamiento, estaban maniatados, embolsados y en una habitación pequeña llena de ambientadores.

Este individuo se había hecho amigo de los dos zaragozanos afincados desde hace décadas en Valencia. Juan Carlos había sufrido una lesión de rodilla que le dificultaba la movilidad, y Juan Antonio se había prestado a ayudarles en su día a día, según el relato policial que revela la prensa valenciana.

Al parecer, esta relación de amistad había sido fructífera para el ahora detenido. La investigación apunta a un móvil económico para explicar el origen del crimen, aunque todavía se desconocen las causas últimas del autor confeso de los dos asesinatos.

En la tarde de este viernes, el juzgado de Instrucción número 3 de Valencia decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin posibilidad de fianza, en el centro penitenciario de Picassent, tras tomarle declaración por la mañana.

Dos jubilados siempre vinculados a Aragón

Pese a que hacía décadas que residían en Valencia, Juan Carlos y Araceli siempre mantuvieron sus vínculos con Aragón, su tierra natal. Ambos funcionarios jubilados, él había pertenecido al Cuerpo de Oficiales de Justicia Municipal, mientras que ella fue profesora de instituto de Geografía e Historia.

Contaban con familiares en ambas comunidades autónomas, y pasaban sus vacaciones en la provincia de Teruel. Además, querían estar al tanto de lo que ocurría en su lugar de origen. Juan Carlos era suscriptor de HERALDO DE ARAGÓN.