El número de multas por exceso de velocidad en las carreteras aragonesas se incrementó un 38% el año pasado respecto al anterior. En concreto, los radares fijos y móviles desplegados por la Comunidad tramitaron un total de 206.851 sanciones, frente a las 149.911 de 2014, según los datos facilitados por fuentes oficiales. Un notable incremento que alcanza el 62% si se toman como referencia las denuncias de hace dos años (126.988).

Varias causas explican esta tendencia alcista, y que en principio no apuntan a que los conductores aragoneses pisen más el acelerador que antes. Por un lado, la recuperación económica va devolviendo poco a poco la densidad de tráfico perdida durante los años de crisis económica. Por ejemplo, el transporte de mercancías con origen o destino en la Comunidad creció en los nueve primeros meses del año pasado un 14% respecto al mismo periodo de 2014. Una cifra que contrasta con la caída previa de hasta el 52%, de las más de 143.000 toneladas transportadas en 2007 a las poco más de 74.000 de 2014.

Por otro lado, desde el pasado mes de marzo, la DGT redujo el margen de tolerancia al 5% de la velocidad máxima permitida en cada vía para los radares fijos, y del 7% en los móviles. Horquillas mayores de las que permitían antes los radares y que han cogido a más de uno desprevenido. Además, el organismo que dirige María Seguí apostó entonces por una mayor presencia de controles de velocidad en las carreteras secundarias, donde más accidentes se producen.

En Aragón, la provincia en la que Tráfico más recaudó fue Huesca, donde se impusieron más de 88.000 sanciones, más del doble que un año antes (38.424). Y buena parte de culpa la tiene el radar instalado en el kilómetro 202 de la N-240, en Estrecho Quinto cerca de la capital oscense, que con 24.240 sanciones se convirtió en uno de los más activos del país, según destaca la clasificación elaborada por Automovilistas Europeos Asociados (AEA).

El cinemómetro más recaudador del país, según este ranquin, está instalado en el kilómetro 18 de la A-6 (Madrid) y disparó su flash el año pasado en 68.616 ocasiones. Le siguen el ubicado en el km. 128 de la A-45 (Málaga) con más de 58.000 multas, y el del km. 49 de la AP-6 (Madrid) con casi 50.000.

En las otras dos provincias aragonesa, Zaragoza alcanzó la cifra de 75.035 sanciones por exceso de velocidad, mientras que en las carreteras turolenses se registraron 43.130 infracciones de este tipo. Ya de cara a este ejercicio, la capital aragonesa estrenará uno de los seis primeros radares de tramo en carreteras convencionales, cinco años después del instalado en la Z-40. En esta ocasión se ubicará en la N-125, la carretera del aeropuerto, uno de los tramos más peligrosos del país, en especial para los motoristas, según un estudio del EuroRap.

3,2 millones de multas

Según el citado informe de AEA, los radares cazaron en 2015 más de 3,2 millones de infracciones de velocidad en las carreteras españolas, lo que supone un incremento del 33,7% respecto al año anterior. La mayoría de las sanciones (52,6%) se produjeron en autopistas libres y autovías, y el 6,6% en autopistas de peajes.

Por territorios, las más recaudadoras fueron Andalucía, con 685.134 denuncias, Galicia, con 410.248 y Madrid, con 383.490, mientras que en la parte baja de la tabla aparecen La Rioja (32.867), Canarias (40.819) y Cantabria (58.870). Para AEA, la DGT “debe replantearse su política de radares, ya que no se está consiguiendo el objetivo de evitar los excesos de velocidad, ni los accidentes, convirtiendo los radares en meros instrumentos de recaudación”.