Primero fueron los billetes de avión, la ropa, los muebles… y ahora es la electricidad la que se apunta al ‘low cost’. Desde que, el pasado septiembre, comenzó la implantación de contadores inteligentes que permiten conocer el consumo por horas de los usuarios, el sector eléctrico vive una revolución, y una guerra de precios, que también se deja notar en Aragón, aunque de momento con poca fuerza.

Frente a las grandes eléctricas –Iberdrola, Endesa y Gas Natural- han surgido varias pequeñas empresas dispuestas a encontrar su hueco en el mercado. Son compañías como Pepeenergy, Gesternova, HolaLuz o Lucera, que ofrecen la electricidad a precios más competitivos que sus rivales.

De momento, su implantación en Aragón es baja, pero confían en seguir creciendo. Así, por ejemplo, 200 clientes han solicitado su paso a Pepeenergy (la más nueva de todas, ya que comenzó a funcionar el pasado septiembre) y Gesternova cuenta con 170 abonados en la Comunidad. Lucera, a instancias de este periódico, no supo cuantificar el número exacto de clientes aragoneses, aunque confirmó que son “pocos” y que confían en crecer en los próximos meses.

Todas ellas ofrecen una energía procedente al 100% de fuentes renovables y precios por debajo de las tarifas de las grandes compañías. La oferta más agresiva es la de Pepeenergy, que vende la electricidad a precio de coste, más un euro mensual (o 2 euros, para potencias de más de más de 5,5 Kw). Lucera presenta también un recibo que incluye el precio de coste de la energía consumida, más 3,9 euros al mes. Y en el caso de Gesternova y HolaLuz ambas ofrecen un precio mínimo de la energía (0,135 euros/kw en Holaluz y 0,123 €/Kw en Gesternova y un precio de potencia mensual: 3,170 €/Kw (HolaLuz) y 3,504 €/Kw (Gesternova).

El ahorro mensual, las propias ‘low cost’ lo admiten, no es muy grande. “El mercado está perfectamente diseñado para que las nuevas comercializadoras no tengan margen para competir”, critican desde Pepeenergy, pero todas ellas juegan con la baja del origen ecológico de su energía y con una garantía de transparencia y de explicación de cualquier posible cambio de tarifa que las grandes no tienen.

Desde la Unión de Consumidores de Aragón (UCA) también explican que las ofertas en el recibo de la luz siempre tienen cierta trampa, porque solo se puede tocar el 37% del recibo. El resto son impuestos y otros costes fijos establecidos por el Gobierno.

En cuanto a las compañías comercializadoras, la UCA destaca que ellas no son las propietarias de la energía, sino que la compran a las distribuidoras y luego la revenden a sus clientes.

En este sentido, la UCA alerta de que cualquier problema financiero que sufran estas empresas podría acabar salpicando a los consumidores. “Si una entra en concurso de acreedores, y se descubre que lleva tiempo sin pagar a las distribuidoras, será el cliente final el que tenga que abonar ese dinero, aunque ya haya pagado todos sus recibos hasta la fecha. Los usuarios son responsables civiles subsidiarios de esos pagos”.

Por eso, desde la organización creen que hay que revisar con cuidado todas las condiciones antes de decidirse por un cambio de compañía. “Puede que con grandes consumos y una potencia contratada media interese buscar el descuento, pero a la mayoría de los consumidores quizá esa rebaja no les compense los riesgos que corren”.

La UCA, en realidad, critica la decisión del Gobierno de liberalizar el mercado eléctrico. Consideran que se trata de un “servicio público” esencial y que debería tratarse de un mercado regulado. “Aunque se paga un poco más, da mucha más tranquilidad”, aseguran.