El crimen organizado, la corrupción y el fraude son hechos delictivos con gran presencia en el sur de Europa, y en especial, en España. Muestra de ello es que el propio Ministerio del Interior abordó en 2014 una reestructuración interna para luchar contra esta lacra, integrando el Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA) y el Centro de Inteligencia Contra el Crimen Organizado (CICO) en un nuevo organismo: el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO).

“La relación entre actividades terroristas e individuos vinculados a otras labores delincuenciales es un hecho objetivo incontestable y la línea de separación entre el crimen organizado y el terrorismo es cada vez más tenue”, justificaba entonces el Ministerio. Como consecuencia de esta remodelación, la lucha contra las bandas organizadas se ha intensificado en los últimos años.

Solo en el pasado 2015 los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado desarticularon en todo el país 274 grupos criminales, el 62% de los que se tienen constancia (445). En estas operaciones se detuvieron a 5.936 personas, de más de 18.000 investigados. Así lo resaltó recientemente el ministro Jorge Fernández Díaz en una comparecencia en la que hizo hincapié en que el 80% de los grupos tiene un tiempo de actividad inferior a tres años, y que casi 7 de cada 10 están compuestos por personas de más de una nacionalidad.

En Aragón, por su parte, destaca la provincia de Zaragoza, donde según ha podido saber Heraldo.es se tiene constancia en la actualidad de 13 bandas que reúnen los requisitos del crimen organizado. Es decir, colaboran tres o más personas; actúan de una forma prolongada; cometen delitos graves; y buscan beneficio o poder. Además, suelen hacer un reparto específico de tareas, usan la violencia y se financian con blaqueo de capitales.

Distribución del crimen organizado: en rojo, más de 100 grupos; en verde claro, menos de 10

La presencia de estas bandas en Zaragoza se vincula directamente con el eje que une Madrid y Barcelona (sus principales centros de operación, con más de 100 grupos criminales cada una), y en el que también aparecen Guadalajara, Lérida y Tarragona. Aún así, su presencia en Aragón es menor a otros territorios más conflictivos, en especial la zona levantina y la Andalucía costera.

Drogas y robos

El principal negocio de las bandas criminales en España es la droga. Casi la mitad de ellas se dedica al narcotráfico -de cocaína (28%) y hachís (21%)-, mientras que los robos con fuerza (16%) se quedan en tercer lugar. Les siguen la estafa, el robo con violencia, la trata de seres humanos, las drogas sintéticas, el blanqueo de capitales y la heroína, aunque hay que tener en cuenta que muchas de ellas actúan en más de un campo.

En total se incautaron a bandas organizadas el año pasado más de 17 toneladas de cocaína y 190 de hachís, lo que convierte a España en el país más azotado por el narcotráfico de Europa. Además, se requisaron 1.657 vehículos, 153 embarcaciones, 10 aeronaves, 309 armas de fuego y 433 armas blancas, así como 169 inmuebles, entre otros. El valor total de estas incautaciones (salvo la droga) fue superior a los 128 millones de euros.

En Aragón, pese a que también sufre las actividades del narcotráfico, la presencia de bandas tiene mayor relación con los robos. Sirva como ejemplo la desarticulación, el pasado mes de septiembre, de un grupo operativo en la Comunidad que había cometido al menos 47 robos en viviendas de Zaragoza y su entorno. En este caso se trataba de cuatro hombres de entre 30 y 61 años, de nacionalidad georgiana.

Pocos días después, en octubre, la Guardia Civil detenía a cinco personas de una misma banda implicadas en el robo de cable de cobre de subestaciones eléctricas de Muel, tres como autoras materiales del mismo y otras dos por delito de receptación. La banda se dedicaba a sustraer cobre e introducirlo posteriormente en el centro de residuos, cuyos integrantes actuaban de manera coordinada.