Tercer Milenio

En colaboración con ITA

¿Qué hace un profesor durante un año sabático?

Cada siete años, la Universidad de Zaragoza ofrece la posibilidad de solicitar un periodo para que el docente pueda dedicarse con intensidad a la investigación.

Alberto Elduque, uno de los profesores que están de año sabático.
Alberto Elduque, uno de los profesores que están de año sabático.
HA

¿Qué es un año sabático? Al escuchar esta expresión no son pocos los que creen que los profesores universitarios se pueden tomar un año de vacaciones a gastos pagados. Sin embargo, esta no es la realidad. Durante este periodo, los profesores se dedican íntegramente a la investigación y, aunque dejan de lado parte de su actividad docente, continúan con algunas gestiones como es el caso de los doctorandos que tutelan. Además, al finalizar el periodo deben presentar una memoria de las actividades realizadas.


“Nunca trabajo tanto como en un año sabático. Es un privilegio y hay que aprovechar la oportunidad de relacionarte y aprender de los mejores en cada materia”, sostiene Alberto Elduque, profesor del departamento de Matemáticas de la Universidad de Zaragoza.


En Estados Unidos estas temporadas están perfectamente reconocidas en todos los campus públicos, pero en España  todavía se consideran un “privilegio”. “En la Universidad de Zaragoza tenemos bastante suerte porque se mantienen cada siete años, siempre y cuando en el departamento exista suficiente holgura para que no sea necesario contratar a un sustituto. Es decir, todo depende de la buena voluntad del resto de compañeros”, explica Elduque. De hecho, mientras que universidades españolas como la Autónoma de Barcelona o la de Valencia han eliminado esta opción, en Zaragoza se siguen registrando una media de ocho sabáticos cada año.


Esta es la tercera ocasión en la que Elduque disfruta de este permiso con el propósito de mejorar sus investigaciones respecto al álgebra. Durante su primera experiencia estuvo todo el año en la Universidad de Wisconsin, “colaborando con una de las mejores profesionales de álgebra del mundo”. En la segunda ocasión viajó por Francia, Estados Unidos y Brasil. Ahora, en su tercer año, ha puesto rumbo a Chile y la próxima semana viajará a Suecia. Además, tiene previsto desplazarse hasta Irán, dónde están desarrollando un instituto de investigación. “Es la primera vez que voy y me interesa conocer cómo lo están llevando a cabo”, destaca.


Por su parte, para María Pilar Lapuente, profesora titular de Petrología y Geoquímica de la Universidad de Zaragoza, este es su primer año. “Solicité el año sabático para intensificar el tiempo dedicado a la investigación, alternando la estancia en varios centros extranjeros con la permanencia en la propia universidad”, especifica. Durante estos meses ha estado en la Universidad de Bordeaux-Montaign, en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, la Universidad de Évora, la de La Sapienza de Roma y la Casa de Velázquez en Madrid.


Además, ha aprovechado para participar en varios congresos -internacionales y locales-, culminar seis publicaciones -cuatro internacionales y dos nacionales- y otras actividades relacionadas con la tutela de tesis doctorales y el desarrollo de sus proyectos de investigación, centrados en la línea “Canteras de mármol y piedra usadas en la antigüedad y su uso en diversos monumentos y programas decorativos”.


La profesora de Historia del Arte Cristina Giménez también señala que la principal razón para pedir un año sabático fue “la necesidad de centrarse en el proyecto de investigación”. “Con las clases, la preparación de la materia, las prácticas y las tutorías es complicado sacar un hueco para desplazarte y poder dedicarte a la investigación”, señala. Ella estuvo de sabático en el curso 2012-2013 y viajó durante un mes a Nicaragua, para recabar información sobre el arte y la cultura del país. “Después volví, seguí recopilando información y posteriormente me centré en analizar, reflexionar...”, explica. Este año también le sirvió para finalizar un par de artículos que tenía “atascados”.

Experiencias docentes

Estos viajes además de suponer avances en sus investigación también mejoran la percepción que se tiene fuera de España de la Universidad de Zaragoza y favorece la actividad docente. “Las experiencias derivadas de esta licencia sabática nutren al profesor a la hora de explicar contenidos a los alumnos, plantear casos prácticos reales y aplicar tus conocimientos a la resolución de problemas... Además, siempre son muy bien recibidos por los alumnos”, recalca Lapuente.


Por su parte, Elduque resalta que durante su primer año en Wisconsin, publicó varios artículos -que implican un mayor impacto del departamento-, participó en seminarios explicando mi línea de investigación, obtuvo nuevas ideas para sus alumnos de doctorado y hasta llegó a dar clases a estudiantes de álgebra. Para él fue una experiencia muy interesante que le aportó una visión más flexible de la docencia. “En España se preparan clases de álgebra para matemáticos, físicos, ingenieros... que tienen el 80% igual, pero en las que existen pequeñas modificaciones. Sin embargo, en Estados Unidos tienes una veintena de alumnos de más de una decena de titulaciones diferentes”, recalca.


En su opinión, esta forma de enseñar es más enriquecedora y destaca que aunque el nivel era similar al de España, o incluso, un poco más bajo; los alumnos estaban más interesados. “Se apuntaban a las asignaturas que querían, no tenían un plan docente inamovible y eso hacía que cursaran los créditos que más les interesaran”, subraya. Al mismo tiempo, especifica que mientras que durante los primeros años iba a aprender, ahora también le llaman para que enseñe. “Cada vez vamos teniendo más trabajos de referencia que provocan que el intercambio con otras universidades sea constante”, sostiene.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión