Aumenta el porcentaje de directivos que creen que la economía empeorará

La inestabilidad institucional y los problemas para formar Gobierno en España es la principal preocupación para la mayoría de los directivos aragoneses según el indicador de opinión elaborado por la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón (ADEA) y correspondiente al segundo semestre de 2015.

En la encuesta formulada a 271 directivos, más del 80% considera que el crecimiento seguirá siendo la tónica dominante en la economía y que las ventas seguirán también esta senda, si bien hay un 16,7%% que alerta de los ajustes que en contratación podrían producirse si hay una reversión en la reforma laboral o si se cambian las condiciones del mercado laboral introducidas en 2012. Ese temor y también el que manifiesta un 19,1% de los directivos encuestados de que las cifras en ventas pudieran caer como resultado de un Ejecutivo inestable son las novedades que introduce este diagnóstico que ha presentado este viernes Salvador Arenere, presidente de ADEA.

Arenere insistió en que la mayoría de los directivos cree que la buena marcha de la economía, liderada por el tirón de las exportaciones, se mantendrá pese a la indefinición política en la que estamos inmersos, pero destacó que esa preocupación que ya aparecía en el indicador del primer semestre de 2015 de ADEA, entonces por la cita electoral, se ve ahora incrementada por el resultado de las elecciones. Por eso, subrayó, lo deseable para la mayor parte de directivos y ejecutivos aragoneses es que “cuanto antes” haya un gobierno “lo más estable posible” para que las empresas puedan seguir creando empleo y mejorando su actividad para consolidar el leve incremento salarial que ya se está aplicando en los convenios. Esa estabilidad, añadió, también es clave para atajar el temor, que apunta el indicador, de que haya que ajustar de nuevo plantillas si se derogase la reforma o el nuevo gobierno introdujera cambios que “que penalicen la contratación”.

Otras conclusiones de este indicador son la necesidad de “una mayor implicación pública para reactivar la economía” y de que se mantengan el entorno internacional que nos está favoreciendo en relación a los bajos precios del petróleo, la política monetaria europea o la depreciación del dolar frente al euro.