Dos empresas aragonesas pertenecientes a los hermanos Samper, Forestalia y grupo Jorge, coparon ayer la subasta de energías renovables del Ministerio de Industria, la primera convocada desde la moratoria a las ayudas a nuevas instalaciones decretada hace ahora tres años. Ante la sorpresa del sector energético, ambas compañías se han llevado 510,5 de los 700 megavatios eólicos y biomasa que estaban en juego. La decisión no solo supone un espaldarazo para ambas compañías, sino que implica la inversión de 600 millones de euros en Aragón en parques eólicos y dos plantas de biomasa: tanto Forestalia como grupo Jorge pretenden desarrollar los proyectos en su tierra, siempre y cuando no encuentren trabas administrativas, porque tienen un plazo legal de cuatro años para levantar las instalaciones. Yde no hacerlo perderían avales millonarios.

La inyección económica aún podría ser mayor en Aragón si la tercera empresa adjudicataria de la subasta eólica, la portuguesa EDP, apuesta por desarrollar los proyectos que presentó en su día al Ejecutivo autonómico y que cuentan con su beneplácito. En este caso, ya puso en marcha hace año y medio un primer parque eólico de los que priorizó el Gobierno PP-PAR por concurso en 2011 y tienen otros en tramitación. El Ministerio de Industria le acaba de adjudicar a la multinacional la producción de 92 megavatios, que podría cubrir de sobras con los proyectos en curso por la delegación de Aragón.

Las compañías aragonesas se llevaron la subasta, desbancando a las sociedades de renovables de las eléctricas, Endesa, Iberdrola y Gas Natural Fenosa, por haber sido las más diligentes a la hora de presentar sus ofertas. Forestalia, grupo Jorge y EDP se comprometieron a producir los 500 megavatios eólicos al precio que fije el mercado durante los 20 años de concesión, renunciando a los incentivos planteados en la subasta. Lo mismo hizo Forestalia Renovables para adjudicarse 108,5 de los 200 MW de biomasa. "No estamos locos. Hemos ofrecido lo mismo que otras empresas, pero fuimos los primeros en registrar las ofertas y eso ha hecho que ganemos", aseguraron.

En todos los casos, el Ministerio de Industria les garantiza un precio mínimo por megavatio y hora de producción, que en el caso eólico se ha fijado en 44 euros y al que se añade una retribución a la operación de 51 euros para la biomasa. "Esto es lo bueno del concurso, garantiza un suelo con el que consideramos que la rentabilidad del negocio está asegurada", señalaron fuentes de Forestalia Renovables.

Esta empresa es la principal beneficiaria de la subasta nacional, ya que concentra 408,5 de los 700 megavatios. Este resultado supone el impulso necesario para sus proyectos energéticos en Aragón, que promueve desde que Fernando Samper se independizó hace cinco años de la compañía de la familia, grupo Jorge. De hecho, tiene en tramitación sendas plantas de biomasa en Monzón y Zuera, capaces de producir 100 de los 108,5 MW concedidos. El resto los podría desarrollar en otras dos instalaciones proyectadas en Sevilla y Valencia.

Si se cumplen sus planes, las dos plantas de Aragón estarán en obras antes de que finalice el año y en producción en 2019. "La de Monzón cuenta ya con la autorización del Inaga y la de Zuera se encuentra en la fase final de aprobación", explicaron.

Para hacer realidad los 300 megavatios eólicos concedidos, Forestalia confía en lograr la autorización definitiva para los parques que ya priorizó el Gobierno de Aragón y que se encuentran en distintos estados de tramitación. Sus proyectos suman una potencia de 350 MW, la mayor parte de los cuales cuentan con el aval autonómico.

El grupo cárnico y energético Jorge ha logrado otros 102 megavatios eólicos, cuyo desarrollo le supondrá duplicar con creces la potencia neta de los parques en los que participa (suman ahora 70 MW), en su mayor parte en Aragón. Como Forestalia, su intención es poner toda la producción en la Comunidad por una cuestión estratégica y de oportunidad: pocos territorios tienen tanta materia prima y de calidad para este negocio renovable, el viento.