Pinilla alega "indefensión" para negarse a declarar pero no logra suspender el juicio

El tribunal no consiente a la exalcaldesa cambiar ahora de abogado y le acusa de "fraude procesal". Al rechazar el pacto con la Fiscalía, todo indica que la acusada busca que el Supremo anule la causa.

La exalcaldesa de La Muela se había preparado algunas palabras e intentó leerlas, pero el tribunal no se lo consintió.
La exalcaldesa de La Muela se había preparado algunas palabras e intentó leerlas, pero el tribunal no se lo consintió.
Guillermo Mestre

A María Victoria Pinilla no le gusta cómo la defienden. Solo así se explica que a lo largo de la instrucción de la Operación Molinos haya roto con dos despachos de abogados y que en las vísperas de su esperada declaración ante el tribunal decida prescindir in extremis de su tercer letrado. Sin embargo, los magistrados que han de juzgarla dejaron ayer claro que no están dispuestos a consentir más cambios. Máxime, cuando estos consideran que todo obedece a un "fraude procesal" y a una clara estrategia de la exalcaldesa de La Muela para dilatar un procedimiento que se inició hace ya ocho años. De ahí que ayer se negaran a aplazar el juicio y obligaran a Pinilla a tomar una difícil decisión: declarar asistida de su actual abogado, José Antonio Visús, o acogerse a su derecho a guardar silencio.


"Me encantaría declarar señoría, pero sin abogado no puedo hacerlo. Me siento completamente indefensa", manifestó la principal acusada de la Operación Molinos cuando el presidente del tribunal, Javier Cantero, le preguntó si estaba dispuesta a contestar las preguntas de las acusaciones y del resto de partes. La respuesta de Pinilla dio lugar a un acalorado y tenso diálogo con el magistrado, que tuvo que recordar a la exalcaldesa que la Sala no había aceptado la renuncia a su letrado y que, por tanto, este debía seguir defendiéndola.


"Lo último que quiero es que esto se dilate un día más. Lo único que pretendía es que corriera el turno, para que me diera tiempo a buscar otro abogado. Nada más. Ni que se aplazara el juicio cinco días ni un mes... Solo que corriera el turno", insistió Pinilla. Cantero tuvo que recordarle que las diligencias suman más de 87.000 folios y que ningún penalista iba a ser capaz de estudiárselos en unos días. Comenzó entonces la acusada a hablar de su particular "holocausto", con "sufrimientos, enfermedades...". Alegato que el presidente del tribunal interrumpió para, con tono tajante, volver a preguntar a la encausada si quería o no declarar. Hasta en cinco ocasiones tuvo que repetir el magistrado la pregunta para obtener al final una respuesta: "No voy a declarar".


La decisión de María Victoria Pinilla, a la que se juzga junto a otras 39 personas por su presunta participación en la trama de corrupción urbanística de La Muela, no es baladí. Sobre todo, teniendo en cuenta que son 24 los delitos que se le imputan y hasta 37 los años de prisión a los que se enfrenta. Sin embargo, tras el órdago de ayer, parece que Pinilla está dispuesta a jugárselo todo a una carta: la de alegar indefensión ante el Tribunal Supremo (incluso ante el Constitucional, si fuera necesario) para intentar que este declare nulo el procedimiento. Una apuesta que podría salirle muy cara, sobre todo cuando ha estado a punto de sellar un beneficioso acuerdo con la Fiscalía y el resto de acusaciones que le hubiera supuesto una sensible reducción de la pena de cárcel. Pero Pinilla no estaba ni mucho menos dispuesta a reconocer que causó un importante perjuicio a su municipio, al que dejó al borde de la quiebra. Y aunque de momento no lo ha hecho, el precio a pagar podría ser caro.

El pacto que no pudo ser

El letrado José Antonio Visús trató de hacer ver ayer al tribunal y a las acusaciones que tras su decisión de dejar de defender a Pinilla no se esconde ninguna argucia o abuso de derecho. "Pese al intento de este abogado por lo contrario, la señora Pinilla decide el domingo por la noche no aceptar el acuerdo que habíamos alcanzado con la Fiscalía. Y con ello trunca una línea de defensa en la que habíamos estado trabajando durante los últimos tres meses", manifestó el penalista. Pero sus argumentos no hicieron cambiar de opinión a la Sala, que apoyándose en la jurisprudencia del Supremo decidió continuar con la vista y no consentir a la encausada un nuevo cambio de abogado.


Preguntada por su decisión en los pasillos de la Ciudad de la Justicia de Zaragoza, Pinilla no quiso añadir "ni una palabra". Quien sí que habló fue su todavía abogado, José Antonio Visús. "Ella puede nombrar otro letrado en cualquier momento y me consta que está en ello", manifestó, para añadir que, a pesar de ello, seguirá luchando por la exalcaldesa de La Muela hasta que pueda abandonar la sala. "La solución de acuerdo con el Ministerio Fiscal era muy satisfactoria para mi cliente –indicó el penalista zaragozano–, pero ella no lo ha entendido así". "Pinilla no está sin abogado, su abogado lo tiene aquí y lo tendrá hasta que me sustituya", concluyó.


El inesperado cambio de estrategia de la principal encausada marcó la segunda sesión del macrojuicio de La Muela, que gracias a la renuncia de esta a declarar se ha agilizado bastante. De hecho, hoy está previsto adelantar el interrogatorio de varios acusados.

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