Los incendios descendieron en 2015, pero las hectáreas afectadas se multiplicaron por 22

Un fuego en las Cinco Villas durante el verano provocó buena parte de la superficie calcinada.

Incendio de 2015 en las Cinco Villas.
Imagen del incendio forestal en la sierra de Luna, en las Cinco Villas, el pasado verano.

Los incendios se convirtieron en una constante durante buena parte del verano de 2015. La falta de humedad y las elevadas temperaturas provocaron que, en comparación con el año anterior, la superficie forestal quemada se haya multiplicado por 22. Al menos, así lo aseguran los datos publicados por el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón.


Esta información especifica que durante todo el 2015 se han visto afectadas más de 9.000 hectáreas forestales, de las cuales, casi 5.300 pertenecen a zonas arboladas, mientras que el resto son superficies sin plantación. Por el contrario, un año atrás, solo se calcinaron 409,38 hectáreas -86,82 de superficie arbolada y 322,56 sin vegetación-.


Este gran crecimiento de hectáreas afectadas tiene su origen en los incendios registrados en los meses de mayo -casi 300 hectáreas quemadas- y julio -más de 8.000-. En mayo la zona afectada fue la ribera del Cinca, entre Alcolea y Belver. Fue el primer gran fuego del año y estuvo formado por cuatro focos diferentes.


Sin embargo, el más importante fue el que se declaró en las Cinco Villas en julio. El fuego arrasó miles de hectáreas de pino y cultivos, convirtiéndose en el segundo que más superficie ha calcinado en la historia de la comunidad. Al mismo tiempo, se produjo otro en la provincia de Huesca, en concreto, en la localidad de Lupiñeni. En este caso, solo se vieron afectadas unas 70 hectáreas forestales.


“Este año se ha producido una sequía extrema, que acompañada por altas temperaturas desde primavera, cuándo se llegaron a registrar 40ºC en mayo, ha provocado que los incendios hayan tenido una mayor virulencia”, explica José Manuel Roche, presidente de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA). Al mismo tiempo destaca las rachas de aire que se registraron durante los días en los que se propagaron los fuegos más importantes del año.


Roche también apunta a la actual situación de los montes como un problema. “Nosotros concienciamos a los agricultores para que cumplan todos los requisitos a la hora de realizar la quema de rastrojos: que sea algo controlado y con los permisos correspondientes. Sin embargo, también pedimos a la administración que apueste por las tareas de mantenimiento y prevención”, subraya. De hecho, según la Fundación Civio, la inversión en prevención de incendios en Aragón se desplomó un 56% entre 2009 y 2013.


A pesar de estos datos, el número de incendios y conatos declarados se ha mantenido casi invariable, e incluso, ha descendido ligeramente. Según la información facilitada por la DGA y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, durante todo el 2014 se declararon 369 siniestros -289 conatos y 80 incendios-, por el contrario, en 2015 esta cifra desciende a los 340 -266 conatos y 74 incendios-.


La única diferencia radica en la distribución por provincias. En Huesca se ha producido un importante ascenso, pasando de 89 a 126 siniestros, mientras que en Teruel las cifras han variado al lado contrario, registrándose este año 33 siniestros menos que en 2014, cuando hubo un total de 115. En Zaragoza también hay una pequeña bajada, pasando de 165 a 132.

¿Cómo se originan?

Las causas de estos incendios son muy variadas. Según los datos del departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, el 48% de los fuegos se desencadenaron por una negligencia o una causa accidental, el 25% lo hicieron por un rayo, mientras que un 11% fueron intencionados. Del resto -un 16%- todavía se desconocen las causas.

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