Lambán llama a todo el arco parlamentario a trabajar juntos en los grandes acuerdos

El presidente ha defendido la unidad de España y ha rechazado tener que depender de nadie y delegar el futuro de Aragón en decisiones de otros.

Javier Lambán, durante su discurso de fin de año
Javier Lambán, durante su discurso de fin de año

El presidente de Aragón, Javier Lambán, asegura en su discurso de fin de año, que gobernar de forma próxima a las personas en es el nuevo estilo de gobierno del Ejecutivo autónomo, “lejos de la idea política como privilegio”, reflejando el giro social radical experimentado por la política aragonesa, el mismo que le ha permitido gobernar con el apoyo de Podemos, CHA e IU.


No obstante, añade que Aragón “es mucho más que las fuerzas de izquierda”, por lo que ha hecho un llamamiento a todo el arco parlamentario, la izquierda y la derecha, para trabajar juntos en la construcción de país y en los grandes acuerdos porque a su juicio, “Aragón es, sobre todo, su sociedad: los trabajadores, los empresarios, la cultura, la Universidad, la investigación… Mujeres y hombres capaces, llenos de talento, a los que la política debe asociar al empeño de construir un proyecto nuevo de país”.


Desde que echara a andar el nuevo Ejecutivo, Javier Lambán ha recordado en su discurso a los aragoneses que la prioridad absoluta han sido las personas, “tras cuatro años de recortes y de maltrato”, donde se ha empezado a trabajar para erradicar la pobreza y recuperar la sanidad y la educación públicas.


Trabajar a favor de la igualdad se ha reflejado, según ha enumerado en su discurso, en 350 profesores contratados más; la rebaja del precio del comedor escolar; la construcción de colegios donde crece la población y mantenimiento en los pueblos más pequeños; el fin del adelanto del pago de sus fármacos por parte de los jubilados; más de 1.500 inmigrantes han vuelto al sistema sanitario; medio millar de dependientes más atendidos; la recuperación el próximo año de más del 80% de los recortes sociales de la anterior legislatura, así como que ninguna familia vaya a carecer de un ingreso mínimo para sobrevivir con dignidad, a través de la renta social básica.


Además de la igualdad social, también ha defendido la igualdad entre el medio rural y la ciudad, con medidas de apoyo a agricultores y ganaderos; el despliegue de la banda ancha para que las ventajas de la red lleguen al último rincón de Aragón, así como una apuesta firme por los ayuntamientos, para que presten más y mejores servicios.


También se ha referido a la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, así como a la igualdad entre generaciones, apelando a la “inaceptable” tasa de desempleo juvenil y la de mayores de 45 años, es decir, más de 91.000 personas paradas y muchos de los trabajadores sobreviviendo con salarios de miseria. Por ello, asegura que no solo sirve solo empleo, porque “la justicia se alcanza cuando ese empleo es de calidad”. En este contexto, ha avanzado algunos de los esfuerzos en materia de logística, agroalimentación y empleo.


Por otra parte, hacer de Aragón un espacio de democracia saludable y de decencia es otro compromiso primordial del Gobierno de Lambán, para lo que ha citado como ejemplo la Ley de Integridad y Ética remitida a las Cortes y que será “la más avanzada de España”.


El presidente ha señalado que es fundamental hacer sociedad con todos sus actores y por ello "se ha reactivado el diálogo social, se ha recuperado la relación con la Universidad Pública" y ha empezado a trabajar en un pacto por la educación, elementos cruciales para modernizar la economía y competir innovando y no rebajando salarios.


El final del discurso lo ha dedicado Javier Lambán a reivindicar “con fuerza” el papel de Aragón en España, lo que exige participar en las decisiones nacionales que afectan a los aragoneses y al resto de los españoles a postular a la Comunidad como pieza clave del futuro de la nación. En este punto, ha defendido a ultranza la unidad de España y asegura que “nadie está más capacitado que nosotros para lograr cauces de entendimiento con Cataluña”, un servicio que “debe prestar Aragón a España en este nuevo tiempo que queremos inaugurar”.


Tras rechazar tener que depender de nadie y delegar el futuro de los aragoneses en decisiones de otros, se ha mostrado optimista respecto al futuro de Aragón pero preocupado por el porvenir inmediato de España, ya que el resultado electoral “dificulta formar un gobierno capaz de poner remedio a la retahíla de enfermedades sociales y políticas que sufrimos”. Por ello, ha pedido dejar a un lado los intereses partidistas y tener altura de miras  "ante las incertidumbres que se ciernen sobre el futuro de la nación".


Lambán ha asegurado que tras el mandato de las urnas en Aragón, existe la responsabilidad de gobernar “y nuestra obligación es propiciar que los ciudadanos se sientan seguros, protegidos y rodeados de certezas, vuelvan a creer en el servicio público y sigan exigiendo la honradez de sus dirigentes en su trabajo para garantizar bienestar y calidad de vida.


Finalmente, se ha despedido defendiendo el pacto, la lealtad y la libertad como valores de Aragón.



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