¿Qué porcentaje de votos hará falta para cambiar la jornada de un colegio?

DGA negocia con padres y sindicatos, y quiere consensuar un documento pronto. Las votaciones son el punto polémico.

Colegio Monzón III, el único de Aragón con jornada continua.
Colegio Monzón III, el único de Aragón con jornada continua.

La DGA sigue negociando con padres y sindicatos para intentar llegar lo antes posible a un acuerdo sobre la organización de los horarios escolares (que incluye la posibilidad de implantar la jornada continua en los colegios aragoneses). El Departamento de Educación está negociando de manera paralela con los sindicatos educativos (CSIF, CGT, STEA, CC.OO. y UGT) y con las federaciones de padres (FAPAR y FECAPARAGÓN) cómo regular la flexibilización de los tiempos escolares. En un mes ha tenido tres reuniones con cada colectivo. Y probablemente vuelvan a reunirse con los sindicatos esta misma semana.


Los colegios que quieran podrán presentar un proyecto para cambiar su jornada escolar, con unas condiciones. La DGA, los sindicatos y los padres están negociando esas condiciones y cómo serían las votaciones para poder aprobar un cambio. La intención de la DGA, los sindicatos y algunos padres es poder tener el documento cerrado a principios de 2016 para que los centros que quieran puedan votar antes del proceso de escolarización (suele ser en marzo o abril).


El punto más polémico -y donde mayor diferencia hay entre profesores y padres- es qué porcentaje de votos de las familias harán falta para poder aprobar un cambio. También si estos votos de los padres se contarán sobre el censo total de las familias (lo que beneficiaría a los partidarios de seguir con la jornada partida actual) o sobre las que participen en la votación (lo que piden los sindicatos para favorecer el cambio a la jornada continua u otro modelo mixto). La DGA apuesta por una mayoría cualificada del censo de las familias. También falta definir qué porcentaje se considera una "mayoría cualificada".


"Creemos que tiene que haber un respaldo masivo por parte de las familias para aprobar un cambio. y los votos deberían contarse en relación al censo", afirman desde FAPAR, que no especifica un porcentaje concreto. La DGA tampoco lo dice. Los cinco sindicatos proponen una mayoría cualificada del 60% sobre el total de votos emitidos.


"Consideramos que contar los votos respecto al censo de familias supondría un obstáculo insalvable para muchos colegios. En cualquier elección sindical o política, como ahora las generales, los resultados se obtienen a partir del total de votos emitidos no del censo. Queremos fomentar la participación de toda la comunidad educativa en este proceso", explica José Luis Ruiz, representante de CGT Enseñanza Zaragoza.Tres votaciones

Las tres partes (Administración, sindicatos y padres) sí están de acuerdo en que los proyectos que elaboren y presenten los equipos directivos tengan que ser aprobados en tres votaciones: primero en el claustro (profesores), luego en Consejo Escolar (profesores y padres), después recibir el visto bueno de la Administración, y finalmente ser votado por las familias en los centros. También falta aclarar si cada niño cuenta como un voto o como dos.


"La idea es tener un documento de consenso a principio de año, pero su consecución dependerá de si hay consenso entre las partes. No es un documento de la DGA, no se va a imponer nada. El Departamento no parte de una postura, sino que escucha a las partes y vela porque se garanticen las líneas rojas que familias y docentes firmaron hace dos años. Además, garantiza que lo adoptado redunde en mejoras para los alumnos. Una vez que el acuerdo esté listo, se publicará una convocatoria para que los centros participen y presenten sus proyectos", afirman desde la DGA.Unos 200 centros interesados

Según los sindicatos, puede haber cerca de 200 colegios aragoneses interesados en flexibilizar sus horarios escolares. Muchos están interesados en implantar la jornada continua (ahora solo la tiene el colegio Monzón III, elegido de forma experimental en 2013). Otros podrían optar por modelos mixtos, con alguna tarde sin clases, como ya se hace en algunos colegios rurales donde los miércoles por la tarde los chavales tienen fiesta.


La DGA reitera que no se trata de imponer nada, sino de que cada centro pueda adoptar el horario lectivo que más interese a su comunidad educativa. Los que decidan cambiar, deberán garantizar que el centro permanece abierto las mismas horas que ahora y sin coste añadido para las familias. Los detractores de la jornada continua tienen dudas sobre cómo esta puede afectar al rendimiento de los niños y a los servicios complementarios del colegio (como el comedor), entre otras cosas.

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