El Matarraña y Caspe se incorpora a la red de Caminos Rurales en Aragón, una comunidad que cuenta con unos 800 kilómetros de este tipo de vías que han contribuido a mejorar la calidad de vida en el mundo rural y a impulsar una alternativa turística que ofrece un gran patrimonio natural y cultural.

La directora general de Desarrollo Rural y Política Forestal del Ministerio de Medio Ambiente, Begoña Nieto, ha destacado estos aspectos en la presentación del Camino Natural Valderrobres-Algars, que transcurre por la comarca del Matarraña y el Bajo Aragón-Caspe y que es el último que se incorpora en Aragón, que cuenta con nueve itinerarios en Huesca, cuatro en Zaragoza y otros tantos en Teruel.

El nuevo camino rural, que ha visitado la directora general y el Delegado del Gobierno, Gustavo Alcalde, en Valderrobres (Teruel), tendrá una longitud de 205 kilómetros que discurrirán por las citadas comarcas aragonesas y la Terra Alta (Tarragona).

Las obras están financiadas y dirigidas por el Ministerio y el proyecto está promovido por la Asociación 'Matarranya-Algars', que agrupa a los municipios por los que transcurre el camino, cuya primera fase, en la que se han invertido 819.958 euros, concluirá este mes de octubre con 68 kilómetros.

Beceite, Calaceite, Cretas, La Fresneda, Mazaleón, Torre del Compte, Valdetorno y Valderrobres, en la provincia de Teruel, y Maella, en la de Zaragoza, son los municipios por los que transcurre esta primera parte del camino.

La segunda fase (689.508 euros) se llevará a cabo el año que viene, hasta alcanzar los 170 kilómetros, y discurrirá por las localidades zaragozanas de Fabara, Fayón y Nonaspe, hasta el límite con la provincia de Tarragona.

La tercera (55 kilómetros) se acometería en el 2017 y discurriría por los municipios tarraconenses de Casetes, Arens de Lledó y Arnes, hasta enlazar de nuevo con la localidad turolense de Beceite, donde se completarán las catorce etapas del recorrido.

Nieto ha destacado el gran patrimonio geológico, cultural y paisajístico que atesoran los diecisiete caminos aragoneses actualmente habilitados, un número que se verá doblado en los próximos años, en los que se han invertido 16 millones de euros.

"Tenemos en planificación otros tantos caminos que añadirán 600 kilómetros más a la red aragonesa", que ya supone el diez por ciento de la red nacional y de las inversiones realizadas desde que se puso en marcha en 1993, ha señalado Begoña Nieto.

Ha justificado la gran representación de la comunidad aragonesa en la red nacional, en la que está incluida el camino natural del Ebro, porque hay zonas de altísimo interés geológico, cultural y paisajístico.

Los nueve caminos naturales que hay en Huesca, alguno de ellos entre los más bonitos de España, ha resaltado la directora, suponen un total de 258 kilómetros y en los mismos se han invertido 8,6 millones de euros.

En los cuatro de la provincia de Teruel, que suman 139 kilómetros, se han invertido 5,3 millones de euros y en los cuatro de la de Zaragoza (408 kilómetros) 1,8 millones.

Uno de los más interesantes caminos en proyecto es el denominado Pirineos Sur, que enlazará con las comunidades de Navarra y Cataluña y con el gran recorrido europeo 'Eurovelo', que llega a la península a través de Gerona y Guipúzcoa.

Y es que el de los extranjeros, concretamente los senderistas alemanes, es uno de los colectivos que más utilizan y demandan este tipo de recorridos en España, según ha revelado la directora general, quien ha informado de que se impulsará la promoción de los caminos fuera de España.

La red española la compondrá a finales de año 114 vías (unos 9.000 kilómetros), en las que se han invertido 208 millones de euros para difundir de una forme diferente el territorio, diversificar económicamente los lugares por donde transitan y ofrecer una propuesta turística alejada de los circuitos clásicos, ha dicho Nieto.

Los itinerarios son fruto del aprovechamiento de antiguas vías ferroviarias,

caminos reales o vías pecuarias transformadas para la práctica del senderismo o la circulación rodada no motorizada por parajes de una gran riqueza ambiental, paisajística, monumental o gastronómica alejadas de los circuitos habituales del turismo.