La vuelta a casa de aragoneses en el extranjero se intensificó en 2014 por primera vez

Regresaron 582. Pese a ello, el saldo frente a los que se marchan sigue siendo negativo.

La pérdida de cerebro y músculo aragonés en dirección a otros países ha sido una de las consecuencias más notables de la crisis económica en la Comunidad, que ha visto como algunos de sus profesionales mejor formados -la mayoría con dinero público- y otros no tan cualificados han ido abandonando su lugar de nacimiento huyendo de la precariedad y tratando de encontrar un trabajo que colmase sus aspiraciones. O que al menos les permitiese vivir.


Algunos de los que se han marchado desde que el mercado laboral empezara a tambalearse están comenzando a volver, aunque aún no puede considerarse un retorno masivo en toda regla. El pasado año fueron 582 los aragoneses que completaron la baja consular en sus respectivos países de acogida para retomar su vida en la Comunidad. Más que en 2013, cuando regresaron 463; y que un año antes, en el que el volumen de retornos fue de 494.


Este pequeño pero significativo aumento viene acompañado de la tímida mejora en los datos de paro, así como de una mayor contratación.


El aumento en la cifra de retornos choca con el volumen de aragoneses inscritos en el padrón de residentes en el extranjero (en el arranque de este año había 2.204 más que un curso antes). Un número muy elevado que se explica por el mero hecho de que más de la mitad corresponde a extranjeros que han obtenido la nacionalidad española, pero que ahora regresan a su país de origen o a un tercero.


"He aprendido y crecido como persona"


Javier Font es uno de los aragoneses que volvió el pasado año a casa. Este zaragozano de 27 años vivía en las afueras de Londres, a cuyo centro se desplazaba cada mañana para trabajar. "Llegué en febrero de 2013 y entonces me apunté a un curso de idiomas y a una agencia de empleo que me consiguió trabajo en un almacén. Pero al poco tiempo me salió la oportunidad de hacer prácticas en una empresa de marketing -el campo en el que se formó- y dejé una cosa por la otra", señala.


Una oportunidad que aprovechó al máximo. "Aprendí mucho trabajando en la empresa, tanto en el campo profesional como a la hora de desenvolverme en inglés. También creo que he crecido como persona al vivir fuera de casa", añade.


Javier regresó a finales del año pasado después de encontrar trabajo en Zaragoza. "Aunque está menos relacionado con mis estudios -se licenció en ADE y tiene un postgrado en Marketing-, la verdad es que estoy bastante satisfecho con el trabajo -en una empresa de suministros de oficina- y con las condiciones, que aunque no son las mejores sí están por encima de lo que suele cobrar la gente de mi edad".

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