La reforma de la ley electoral del PP afectaría a una decena de alcaldías de Aragón

Unas 50 localidades, entre ellas las capitales de provincia, deberían ir a segunda vuelta, según los resultados de las últimas elecciones.

Fachada del Ayuntamiento de Zaragoza
Fachada del Ayuntamiento de Zaragoza
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El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, aseguró esta semana que su partido va a presentar una reforma del sistema de elección de los alcaldes, con la intención de “si fuera posible, aprobarla antes de las elecciones generales”. Días después el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez Maíllo, precisó que se establecerá una prima mayoritaria en el caso de que se consiga más del 35% de los votos.


Esta propuesta ha sido muy criticada por los partidos de la oposición, que la han tachado de “irresponsable” y “un intento de cambiar las reglas del juego, cuando han visto que la gente rechazaba sus políticas”. Sin embargo, si esta proposición hubiera estado vigente en los comicios celebrados el pasado mes de mayo, solo una decena de ayuntamientos aragoneses tendrían en la actualidad otro alcalde.


Además, este cambio no habría implicado en la mayoría de los casos que se favoreciera la lista de los populares. De hecho, en ninguna de las tres capitales de provincia hubiera tenido seguro gobernar el PP, ya que hubiera necesitado ir a una segunda vuelta.


Tampoco hubiera tenido suerte en el caso de aquellos municipios en los que se cumpliera el requisito de conseguir el 35% de los votos "además de tener una diferencia con el segundo de al menos 5 puntos porcentuales". Por ejemplo, en Pastriz, Pastriz en Común gobierna gracias al PSOE y al PP, pero con esta reforma debería estar al mando de la alcaldía el PAR. En la localidad zaragozana de Belchite tiene el gobierno el PP -segunda lista más votada- gracias al PAR y con la nueva legislación que quieren implantar los populares, perderían esta localidad que pasaría a manos del PSOE.


Por el contrario, el PP ganaría Cadrete, donde en estos momentos está al mando el PSOE -que fue la cuarta fuerza más votada- debido a la unión con el PAR, CHA y Aragón Sí Puede (ASP). El resto de alcaldías pasarían a manos de PAR o del PSOE, que fueron los partidos más votados en pueblos como Mallén, Fuendejalón, Villel y Monreal del Campo, entre otros.


Existe la posibilidad de que un partido consiga más del 35% de los votos pero tenga una diferencia con el segundo menor a 5 puntos porcentuales. En este caso, el Partido Popular considera que es necesario realizar una segunda vuelta. En esta situación se hubieran encontrado alrededor de una quincena de localidades. Con porcentajes muy ajustados entre la primera y la segunda lista más votada estaban Mora de Rubielos, Cella, Almudévar, Villanueva de Sijena y Pinseque, entre otros.


A segunda vuelta también sería necesario que fueran todas las localidades en las que no hubiera ningún partido que superara el 35% de los votos. De este modo, las tres capitales de provincia hubieran vivido una semana más de elecciones y se hubiera tenido que volver a votar. Lo que todavía no se ha especificado es qué porcentaje sería necesario haber conseguido para entrar en esta segunda vuelta.


En total, medio centenar de localidades hubieran celebrado una segunda vuelta en Aragón con los resultados de las pasadas elecciones. “De este modo, lo que se produciría sería un acercamiento hacia un sistema de mayorías, además de alargar la campaña electoral y un incremento del gasto al tener que repetir todo el proceso”, sostiene Manuel Contreras, coordinador del área de Derecho Constitucional de la Universidad de Zaragoza.


En su opinión, aprobar en estos momentos esta reforma “no tiene sentido”. “No puedes querer cambiar las reglas del juego a 5 minutos de que termine el partido y menos sin el apoyo del resto de jugadores”, ejemplifica Contreras. Además, destaca que con la información que se ha facilitado, “lo que se conseguiría sería un sistema electoral mayoritario, en vez de proporcional, muy alejado de la realidad actual española”.


Contreras considera que quizás es necesario hacer algunos retoques a la ley, “pero no en la dirección que parece que pretende el PP”. Según su experiencia sería positivo algún cambio que diera una mayor proporcionalidad en el Congreso. Buscar algún sistema para que todos los votos perdidos en las circunscripciones sumaran a la hora de conseguir diputados o un incremento del número de parlamentarios son algunas de sus ideas.

El resto de partidos, en contra

Ninguna formación política parece estar a favor de que esta reforma electoral se lleve a cabo, lo que complicará las negociaciones y la aprobación por parte de los populares. “Cada vez que el PP ve que va a perder, en vez de asumir que están rechazando sus políticas, pretende cambiar las normas”, explica Javier Sada, portavoz de los socialistas en las Cortes de Aragón.


Una opinión similar manifiesta Juan Martín, secretario general de CHA. “La intención del PP es perpetuar el bipartidismo y conseguir a través de leyes, lo que no le han proporcionado las urnas”, asegura. IU mantiene esta tesis y señala que “lo que se busca es una ley que refleje de una forma proporcional el número de votos con el número de escaños”.


Por su parte, el PAR también destaca que si la intención es beneficiar a los grandes partidos, “no estamos de acuerdo”. Desde Podemos Aragón subrayan que aunque cambien la ley, no conseguirán detener el cambio ciudadano, “la gente ha despertado y la época de los grandes elefantes que no quieren cambio ha pasado”.


Casi todos los partidos se encuentran abiertos a su posible reforma electoral, “pero con tiempo y consenso”.

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