Aragón se convierte en los últimos años en zona de paso para menores extranjeros solos

Aragón ha acogido a más de 67 menores desde 2011. Muchos evitan los centros oficiales y viajan a otros países.

Aragón se ha convertido en los últimos años en zona de paso para muchos menores extranjeros que viajan solos y tienen como destino Francia u otros países del norte de Europa. La Comunidad Autónoma de Aragón ha acogido entre 2011 y 2013 a 67 menores extranjeros que llegaron solos, según datos del IASS recogidos en un estudio del investigador zaragozano Chabier Gimeno. Esta cifra está muy lejos de los expedientes de la década anterior. Entre 2000 y 2010, Aragón tuteló a 298 menores extranjeros no acompañados. Y se estima que en este periodo llegaron más de 600.


Según apunta Gimeno -y corrobaron trabajadores sociales con los que colabora en Francia y Marruecos- este aparente descenso en la llegada de menores no se corresponde con la realidad. "Los menores extranjeros siguen llegando, pero muchos de estos chavales evitan los sistemas de protección. Quieren pasar desapercibidos. Muchos recalan en Aragón buscando una estancia temporal para continuar su ruta hacia otros destinos, en otras comunidades o en otros países europeos", afirma Chabier Gimeno en un artículo. Gimeno ha trabajado como educador de menores y profesor de Trabajo Social en varias universidades españolas. Recientemente publicó el ensayo "Buscavidas. La globalización de las migraciones juveniles".


Según los datos oficiales recogidos en las estadísticas, entre 2011 y 2013 la Comunidad Autónoma ha acogido a 67 menores extranjeros: 63 en Zaragoza, 2 en Huesca y 2 en Teruel. La inmensa mayoría son chicos y suelen llegar con 16 o 17 años cumplidos. Los marroquíes representan la mitad de los casos, aunque ha aumentado la presencia de menores subsaharianos.Estancias cortas en Aragón

La mitad de los expedientes abiertos por los servicios sociales en Aragón se archivan, porque los menores son trasladados a otras comunidades autónomas (tras la creación de un registro policial de menores extranjeros no acompañados), o porque se fugan. La Administración está obligada a proteger a estos menores hasta que sean mayores de edad, pero no puede obligarles a permanecer en un centro de acogida.


Las estadísticas reflejan que se ha acortado la estancia de los menores acogidos en Aragón. La mayoría de los expedientes tienen una duración inferior a dos meses. "Queda en evidencia que los menores llegan, pasan unos días o semanas acogidos y prosiguen su ruta, sin esperar a alcanzar la mayoría de edad", subraya Gimeno en su artículo.


Este investigador ha entrevistado a jóvenes que han pasado por Zaragoza y ahora viven en Francia. "Muchos chicos se quedan un tiempo en casas de conocidos o donde pueden. Ya no acuden a los centros de menores españoles. Quieren llegar a Francia siendo menores de edad para ser tutelados allí. Ahora están viviendo en Francia un problema con la gestión de la protección de menores extranjeros. Están desbordados", afirma.De Marruecos al norte de Europa

Francia no es el único destino de estas migraciones juveniles, también los países del norte de Europa."Muchos menores marroquíes están viajando ahora a Suiza, Alemania y países del norte de Europa. España ya no es el destino final, se ha convertido en un lugar de paso. Los jóvenes quieren ser como los europeos, o como la imagen que tienen de ellos. No solo emigran por necesidad económica, como hace unos años, sino también por estatus social", explica Hind Bajouich, trabajadora social española y marroquí. Hind nació en Marruecos y vino con su familia a Zaragoza con 15 años. Aquí estudió Trabajo Social y un máster en Sociología. Ahora está empezando su tesis sobre familias transnacionales, mientra trabaja con una asociación de apoyo a los emigrantes en Tánger.


"Hay muchos menores marroquíes y subsaharianos esperando en Tánger, que se ha convertido en un puerto de paso hacia Europa. Cruzan a la Península escondidos en camiones o en el ferry. Cambian mucho de país, se mueven buscando trabajo y van donde tienen conocidos. Muchas veces no quieren que sus familias sepan dónde están", apunta.