Veinticuatro días para pactar el futuro de Aragón con la vista puesta en las generales

Los pactos son irrenunciables y deberán ser a varias bandas. Los partidos 'llave de gobierno' exigen regeneración democrática y cambio de políticas.

Javier Lambán es el mejor posicionado para acceder a la DGA
Javier Lambán es el mejor posicionado posicionado para acceder a la DGA
Agencia

Expresada la voluntad popular y contados los votos toca pensar en la formación de gobierno. La disposición de los partidos a alcanzar pactos es vital a la par que complicada, porque las alianzas tendrán que ser a varias bandas y entrarán en juego las llamadas 'líneas rojas' de cada formación. Un acuerdo PP-Ciudadanos-PAR sumaría 32 escaños, a dos de la mayoría parlamentaria de 34. Los populares asumen que les resultará “muy difícil” seguir gobernando en la Comunidad, pero dicen que lo intentarán. El pacto PSOE-Podemos-CHA-IU supondría un colchón para los socialistas, la segunda fuerza más votada, de 35 diputados. Pero este acuerdo tampoco se antoja un pacto entre amigos.


Esta semana se sucederán las ejecutivas y las reuniones para afrontar el futuro inmediato de la Comunidad. No hay mucho tiempo: las Cortes de Aragón se constituyen el 18 de junio. El Partido Popular fue este domingo el partido más votado, pero la izquierda acumuló más votos. No obstante, el vicesecretario de Organización del PP en Aragón y diputado electo, Fernando Ledesma, afirmó este lunes que el partido intentará "conformar mayorías" para conseguir formar un gobierno "de centro reformista moderado".


No lo tendrá fácil. A los populares no les basta sumar con el PAR, su socio esta legislatura y que ha conseguido seis escaños, y pactar con Ciudadanos conlleva, como ha repetido una y mil veces Albert Rivera y otros miembros de la formación naranja durante la campaña, la firma de un pacto anticorrupción y el compromiso de establecer mecanismos de regeneración democrática (como la implantación de primarias).


La formación de un gobierno parece más fácil para el PSOE. Como segunda fuerza, los socialistas de Javier Lambán están llamados a ser la formación que aglutine el voto de izquierdas. Según la secretaria de Organización con acta de diputada, Pilar Alegría, iniciarán la ronda de conversaciones “lo antes posible”.


Al otro lado de la mesa se encontrará con Podemos, CHA e IU. Pablo Echenique fue uno de los primeros en hablar de negociaciones este lunes. Habló de reuniones “con luz y taquígrafos”, “sin patentes de corso” y que pivotarán en torno a tres puntos vitales para Podemos: la lucha contra la corrupción, el rescate ciudadano y el cambio de modelo productivo.


José Luis Soro fue claro durante la campaña a la hora de fijar el límite de la formación: CHA nunca pactaría un gobierno con el PP, el PAR, Ciudadanos o UpyD. Con el resto de formaciones se sentarían “sin líneas rojas ni apriorismos”: “con voluntad real de sumar en beneficio de la ciudadanía”, dijo Soro. Patricia Luquin, que ocupará el único escaño conseguido por IU, negociará con el objetivo de cambiar las políticas y los gobernantes de esta legislatura, según dijo en campaña.

La subida de la izquierda

Para David Pac, profesor de Sociología de la Universidad de Zaragoza, los cambios que arrojan los resultados “no se pueden entender sin el 15-M” que provocó una mayor movilización de la ciudadanía, un fenómeno que el sociólogo califica como de “repolitización ciudadana”.


El profesor de la Universidad de Zaragoza explica que los primeros análisis de los resultados revelan que se ha abierto una brecha electoral entre los electores menores de 45 años “que en su mayoría han optado por formaciones como Podemos y Ciudadanos” y los mayores, que confiaron los partidos tradicionales. Además, considera que la abstención ha favorecido también a los nuevos partidos. “Muchos votantes del PP se han abstenido en estos comicios mientras parte del electorado que en elecciones anteriores no había votado, en esta ocasión si lo ha hecho y han apostado por las nuevas formaciones”.


Para el profesor Pac, los cambios que se han observado estos últimos meses y en los comicios no son un oasis y “han llegado para quedarse”. Los 'nuevos' partidos han traído bajo el brazo otra forma de hacer política a la que las formaciones de siempre deberán adaptarse con el tiempo.

¿Pasarán factura los pactos?

A juzgar por los escaños obtenidos, la auténtica llave del Gobierno la posee Podemos y lo más lógico es que se la entregue al PSOE, aunque no es menos cierto que la formación liderada por Pablo Iglesias también ha criticado ampliamente a los socialistas, a los que ha incluido en "los partidos de la casta". Por tanto, ¿cómo sería un hipotético pacto PSOE-Podemos?


"El pactar con el PSOE puede acabar con ellos pero el no pactar también, porque gobernaría el PP", sentencia la politóloga Cristina Monge, profesora en la Universidad de Zaragoza, quien afirma que la situación post electoral en Aragón es "compleja" y que Echenique y los suyos están frente "a un dilema".


La profesora Monge cree que Podemos apoyará a Lambán en la investidura pero no pedirá formar parte del gobierno si no que respeten una serie de condiciones sobre transparencia, corrupción, regeneración democrática y "unas líneas rojas muy claras para que Podemos pueda decir 'hemos pactado con el PSOE por esto o no hemos pactado con ellos por esto otro'". Monge sostiene que en el pacto habrá unas directrices fijadas desde Madrid y otras que fijará la ejecutiva aragonesa y que atenderán a las peculiaridades de la Comunidad.


"Esto es una partida de ajedrez. Hay que esperar a ver cómo los partidos mueven sus propias piezas. Habrá que ver hasta qué punto esto es una nueva política", añade Chaime Marcuello, escritor y profesor de Sociología de la Universidad de Zaragoza, que indica que la relativa cercanía de unas elecciones generales también influirá en la dirección que tomen los pactos. La necesidad de acuerdos, la pluralidad que ha salido de las urnas (por primera vez habrá siete partidos con representación en las Cortes), no es para Marcuello algo negativo, que recuerda la teoría de Ashby: 'Solo la variedad absorbe la variedad'.


"Podemos se va a enfrentar ahora, desde la arena, a las palabras que ha dicho desde la barrera", opina Marcuello, quien valora que en materia de pactos, en la Comunidad "va a haber unos juegos por encima de los jugadores".

Las nuevas Cortes, en 24 días

Los líderes políticos aragoneses tendrán que tener sus aliados atados el 18 de junio. Ese día se constituirán las nuevas Cortes de Aragón. En la sesión constitutiva se formará una Mesa de Edad, integrada por el diputado electo de mayor edad (el actual consejero Modesto Lobón) en calidad de presidente y por los dos más jóvenes, como secretarios. En esa primera sesión los diputados jurarán o prometerán su cargo y elegirán al nuevo presidente de la Cámara. El presidente de las Cortes tendrá 10 días para escuchar a todos los partidos con representación parlamentaria y proponer un candidato a la presidencia del Gobierno de Aragón.


El elegido tendrá que someterse a la votación del Parlamento. En la primera votación tendrá que obtener el respaldo de la mayoría absoluta de parlamentarios (34). Si no es así, y a tenor de lo dispuesto en el reglamento de la Cámara, habría una segunda votación 24 horas después en la que la confianza se consideraría otorgada si el candidato es respaldado por la mayoría simple de los parlamentarios (el número de votos afirmativos tiene que ser superior al de negativos).


Si el candidato tampoco consigue este apoyo, las votaciones se repetirán todos los días durante dos meses. Si transcurrido este plazo y ningún candidato ha sido investido, “las Cortes electas quedarán disueltas, procediéndose a la convocatoria de nuevas elecciones”, establece el Estatuto de Aragón.


Que los partidos más votados, sobre todo el PSOE que parece que es el que lo tiene más fácil, se sienten a negociar apoyos con el resto de formaciones es vital para la gobernabilidad de la Comunidad y que no se dé una situación parecida a la que se vive en Andalucía, donde la investidura de Susana Díaz, la presidenta electa, lleva semanas atascada.