La normativa sobre alérgenos pasa de puntillas en los bares de Aragón por su difícil aplicación

Los restaurantes deben informar a los clientes de su presencia en el menú desde el mes de marzo.

La normativa sobre alérgenos pasa de puntillas en los bares de Aragón por su difícil aplicación
La normativa sobre alérgenos pasa de puntillas en los bares de Aragón por su difícil aplicación

Bares, restaurantes y otros establecimientos de alimentación deben informar a sus clientes de la presencia de, al menos, 14 alérgenos en las comidas que tienen a la venta. Desde este año es obligatorio e impuesto por Europa. Pero eso no quiere decir que vaya a ser fácil. El sector hace lo posible por cumplir con el Real Decreto que regula esta iniciativa que busca reducir las afecciones en la salud de los clientes.


Tras la entrada en vigor de la normativa europea, el pasado mes de diciembre, la Confederación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Aragón se reunió, primero en Madrid con el resto de asociaciones, y posteriormente en Zaragoza con el departamento de Sanidad. “Enviamos circulares, carteles para colgar en los locales y elaboramos una guía sobre alérgenos para saber cómo actuar”, explica Daniel López, secretario de Horeca Zaragoza.


Estas iniciativas han tenido una buena aceptación por parte de los bares y restaurantes aragoneses, pero a la hora de informar al cliente la cuestión se complica. Pedro Giménez, presidente de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza, lo ejemplifica: “En un bar, a las nueve de la noche, lleno de clientes, es imposible explicar los ingredientes de cada tapa que vendes”. A su juicio, la regulación europea es “excesiva” y tiene difícil aplicación.


En cualquier caso, “los restaurantes se están poniendo al día y de momento no ha habido sanciones por parte de Sanidad”, recuerda López. Así lo confirma la DGA, que señala que “en estos momentos no existe abierto ningún expediente sancionador por incumplimiento de la normativa relativa a la información de alérgenos”.


Eso no quiere decir que no se haya actuado ni reflejado incumplimientos al respecto en las actuaciones de control desde su puesta en marcha, sino que “las deficiencias observadas, y que se han reflejado en las actas de inspección e informes de auditoria pertinentes hasta el momento, se han ido corrigiendo o están en plazo de corrección”, señalan desde el departamento de Ricardo Oliván.


Además, Daniel López recuerda la importancia de que los productos envasados que llegan a los restaurantes estén bien etiquetados. “La industria alimentaria debe hacer un esfuerzo por señalar claramente los ingredientes alérgenos de sus productos para saber con qué trabajamos y poder advertir al cliente”, explica.

14 alérgenos

La normativa europea aprobada en diciembre y refrendada en España mediante un Real Decreto en marzo de este año establece un listado de 14 productos potencialmente peligrosos para clientes con determinadas alergias. En concreto, los hosteleros deben avisar de la presencia de cereales que contengan gluten, crustáceos, huevos y derivados, pescados, cacahuetes, soja, leche, frutos de cáscara, apio, mostaza, granos de sésamo, dióxido de azufre y sulfitos, altramuces y moluscos.


La información sobre alérgenos puede facilitarse de forma escrita, en la carta o soporte de venta utilizado, u oral, a través del personal de establecimiento o de los operadores de teléfono cuando se trate de envíos a domicilio.

Cursos de formación

Por otro lado, se están llevando a cabo cursos de formación específica en alérgenos para trabajadores del sector. De ahora en adelante estas materias se incluirán en el carnet de manipulador de alimentos, pero mientras tanto, tanto Horeca como Cafés y Bares han puesto en marcha varias convocatorias, con una duración de 3 horas y un precio de 17 euros.


Pero ambas asociaciones han alzado la voz ante aquellas “empresas y personas que se quieren aprovechar” de la nueva regulación. Según denuncian, han recibido quejas de asociados a los que se les ha ofrecido cursos por cantidades muy elevadas, de hasta 1.000 euros, y en muchos casos “inservibles”. Daniel López asegura que “han llegado a ofrecer un carnet de alérgenos, que no sabemos ni lo que es”, y pide a los establecimientos que se informen bien “antes de tomar cualquier decisión”.