El 20% de las viviendas de Aragón tienen más de 50 años

Los problemas de accesibilidad y las deficiencias energéticas son los inconvenientes más comunes.

Viviendas del Grupo Girón construidas en los años 50
Viviendas del Grupo Girón construidas en los años 50
Javier Blasco

Los edificios aragoneses también se hacen viejos. Según los datos del INE, el 20% de las viviendas aragonesas tienen una edad que supera los 50 años. “El problema de estos hogares es que aunque se renovó buena parte del parque inmobiliario a principios de los años 2000, las zonas que se expandieron en los años 50 y 60 están muy envejecidas y deterioradas”, detalla Julio Tejedor, director de la cátedra Zaragoza Vivienda de la Universidad de Zaragoza.


De hecho, los principales inconvenientes de estas construcciones son los problemas de accesibilidad y las deficiencias energéticas. “Por un lado, estas casas suelen estar compuestas por un bajo más tres o cuatro plantas, lo que sin ascensor ni rampas supone una gran dificultad para las personas mayores, que son las que habitan en ellas”, explica Tejedor. Asimismo señala que las deficiencias en el aislamiento térmico, provocan un elevado “despilfarro” de energía, “que además lo tienen que pagar los dueños”.


“A todo esto hay que añadirle un problema de segregación social, puesto que los pisos que se quedan vacíos, son muy baratos y suelen adquirirlos o alquilarlos personas de bajo poder adquisitivo”, subraya. Por ello, considera imprescindible que se lleven a cabo políticas de rehabilitación, “pero deben de ser de manera continuada y no con altibajos como las que se han realizado hasta ahora”.


Estos planes comenzaron hace unos 30 años, pero su funcionamiento ha sido discontinuo, prueba de ello es que las ayudas al Grupo Girón, ahora Andrea Casamayor, y Grupo Vizconde Escoriaza se encuentran suspendidas desde 2012, cuando la DGA y el Gobierno central dejaron de aportar dinero a los Fondos ARI (Áreas de Rehabilitación Integral). “La crisis ha afectado mucho, pero también la forma de dar otros tipos de ayudas para llevar a cabo reformas”, critica Tejero.


Según señala, lo más útil es adjudicar subvenciones para la rehabilitación integral del edificio y no para las viviendas concretas, “que es lo que se ha estado haciendo en algunos casos”. De este modo, la forma de actuar se basaría en que los Ayuntamientos determinaran cuáles son las zonas que más problemáticas tienen por la antigüedad de sus construcciones, “algo que se hizo a principios de los 2000 y dio muy buenos resultados”. Tejedor pone como ejemplos, la nueva imagen del casco histórico de Jaca y de Zaragoza.


No obstante, este mercado no llegó a suponer un impulso para el sector inmobiliario. “El 90% de las ventas que se hacían eran de nueva construcción y no se dedicaban casi recursos a la rehabilitación, de este modo, el sector no tuvo capacidad de reacción”, recuerda. Sin embargo, parece que esta tendencia está cambiando ligeramente. Según los últimos datos, las reformas son las que están tirando del sector de la construcción, consiguiendo que el paro se reduzca. “Lo que hay que intentar es que al menos el 30% de los trabajos en este área se dediquen a la rehabilitación”, recalca.


Todo esto contrasta con el elevado número de viviendas vacías, que aunque en el censo de 2011 se cuantifica como 100.000, en realidad hay entre 40.000 y 50.000 en toda la comunidad autónoma. Al menos, así lo señala Tejero, quién recuerda que existen muchos hogares en los que no hay nadie empadronado pero se vive de manera más o menos asidua, como por ejemplo, las casas de los pueblos o los pisos que la gente de otro municipio tiene en Zaragoza para que los hijos vivan mientras estudian.

Los cascos históricos, lo más envejecido

En los estudios que se realizaron en Aragón hace una década, la zona envejecida señalada por la mayoría de los ayuntamientos fue el casco histórico. “En todos los municipios se empezó por el casco urbano y si había más espacios con deficiencias se fueron estableciendo fases, como por ejemplo en Zaragoza, donde se actuó en grupos de VPO de los años 50 y 60 como Alférez Rojas en Las Delicias y Andrea Casamayor en Las Fuentes.


No obstante, en Aragón todas las viviendas construidas antes de 1975 ya se considerarían antiguas. “Todo depende de las circunstancias de cada zona, pero generalmente en tierras aragonesas para que se considere que puede ser objeto de un plan de rehabilitación es necesario que tenga alrededor de 40 años”, indica Tejero.

Las viviendas más antiguas, las más grandes

Las casas construidas antes de los años 20 eran las más grandes, puesto que generalmente eran edificaciones de una planta, que conseguían aglutinar a grandes familias. De hecho, una de cada 3 viviendas puestas en pie en esos momentos tenían más de 150 metros cuadrados. Con el paso de los años, su tamaño fue disminuyendo. En concreto, más del 45% de las construidas en las cuatro décadas posteriores no superaban los 75 metros cuadrados.


Esta tendencia se empezó a invertir con la creación de la burbuja inmobiliaria, provocando que en los últimos quince años casi desaparecieran las viviendas de nueva construcción con menos 45 metros cuadrados. Por el contrario, la dimensión más habitual de estos hogares rondaba entre los 75 y los 106 metros cuadrados y 1 de cada 5 superaban los 150 metros cuadrados.


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