Aragón tiene más de 18.000 mayores de 90 años, mientras que pierde unos 13.000 jóvenes

La comunidad autónoma ha elevado su edad media hasta los 44,2 años, pero en Teruel la media sube a los 46.

Aragón tiene más de 18.000 mayores de 90 años, mientras que pierde unos 13.000 jóvenes
Aragón tiene más de 18.000 mayores de 90 años, mientras que pierde unos 13.000 jóvenes
Laura Uranga

El envejecimiento de la población aragonesa es una realidad que se va cronificando cada año que pasa desde que comenzó la crisis económica. Mientras que la esperanza de vida continúa en aumento y crece el número de personas que tienen más de 90 años, la población joven tiene que emigrar para buscar un trabajo y se reduce la tasa de natalidad. “No es una situación nueva para esta zona, de hecho, a mediados de los 90 íbamos en la misma tendencia y sin ningún tipo de 'freno', pero la llegada masiva de inmigración produjo el efecto contrario”, explica Ángel Pueyo, profesor titular del Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio. De la Universidad de Zaragoza.


Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el pasado año vivían en Aragón 7.881 personas menos que en 2013. Este descenso tiene especial incidencia en el número de extranjeros, que ha bajado en más de 9.000. “Este colectivo arrastra una gran problemática puesto que, como muchos aragoneses, no encuentran un empleo, una situación que se ve agravada por la falta de un soporte familiar, que es lo que ha mantenido a flote a muchas familias”, detalla Pueyo.


La pérdida demográfica se ceba especialmente en la población más joven. Durante el pasado año, casi 13.000 jóvenes de entre 20 y 39 años dejaron Aragón, seguramente en busca de nuevas oportunidad fuera de la comunidad. Un descenso que se suma a los que se han ido marchando en los últimos años. “Esta generación se van a buscar un trabajo que, aunque seguramente sea mal remunerado, aquí no encontrarían; lo que provoca que se deje de enmascarar el gran volumen de población envejecida”, recalca.


Ejemplo de ello es que el número de personas que tienen más de 90 años no ha dejado de crecer. Las mejoras médicas y de las condiciones laborales en comparación con hace décadas ha ido provocando que la esperanza de vida haya crecido hasta superar los 80 años. Durante el último año, se han sumado a esta lista de nonagenarios un total de 1.100 ancianos, incrementándose hasta los 18.053 en la comunidad. Asimismo, más de medio millar de ellos corresponden a personas que ya son centenarias.


En Aragón, los nonagenarios suponen el 1,37% de los habitantes de la comunidad. Esto conlleva que sea la cuarta comunidad en la que las personas de elevada edad tienen más peso, por detrás de Castilla y León (1,74%), Asturias (1,46%) y Galicia (1,43%). Además, este hecho provoca que la edad media no haya dejado de subir, situándose a 1 de enero de 2015 en los 44,2 años, con especial incidencia en la provincia de Teruel, donde casi llega a los 46 años.


“De este modo se vuelve a la situación anterior: población en continuo envejecimiento, escasa natalidad y, además, se le añade el problema antes mencionado de que los jóvenes más preparados se van”, subraya el miembro del grupo de Estudio de Ordenación del Territorio (GEOT). Esta nueva ordenación de la sociedad podría causar determinados problemas como es el pago de las pensiones y el mantenimiento de los servicios sociales. “Hay que reorganizar todos estos temas y buscar ser más productivos”, destaca.

El futuro depende de la economía

Por ello, el futuro depende de qué medidas se tomen en los próximos años. Para Pueyo, la labor fundamental se basa en “conseguir una economía más productiva, que dé mayor valor añadido con menor mano de obra”. Como ejemplo pone las diferencias entre España y Alemania. “Mientras ellos fabrican menos coches pero de más categoría, nosotros hacemos lo contrario y conseguimos menos ingresos”, subraya.


Asimismo señala que si finalmente se produce esa esperada mejora económica y tiene un fuerte impulso, puede volver a atraer a nueva mano de obra, “bien de personas que han tenido que irse y pueden volver a su tierra, de otras comunidades autónomas donde la situación esté peor o de población inmigrante como ocurrió hace dos décadas”.

Los flujos de inmigrantes descienden en casi todos los continentes

Aunque muchos inmigrantes han decidido volver a poner rumbo a sus países de origen, “la llegada de otros nuevos sigue todavía al alza”. “Ejemplo de ello son todos los inmigrantes que huyen de la catastrófica situación que hay en su país hacia Europa”, lamenta Pueyo. Al mismo tiempo recuerda que “a pesar de la tremenda crisis que estamos viviendo no es nada comparado con lo que viven en sus países de origen”.


Si se comprueban detenidamente los datos del INE, la población proveniente de todos los continentes, excepto Oceanía, ha descendido, aunque hay varias diferencias. Oceanía es el único que aporta nuevos inquilinos a la comunidad aragonesa, sin embargo, su incidencia es muy baja puesto que pasa de 50 a 80 en un año. Por su parte, los asiáticos que viven en Aragón han descendido aunque de manera moderada, reduciéndose en unos 350 menos de los más de 7.000 que viven en Aragón.


No obstante, si se observan el resto de continentes hay una clara diferencia entre América, Europa y África. Mientras que Aragón ha perdido una gran masa de población procedente de los dos primeros (más de 3.600 de cada uno de los continentes), del tercero 'solo' se produce un descenso que supera ligeramente el millar de personas. “Esto se debe a que las condiciones en África son mucho peores que las que se viven en el resto de Europa o en América”, recalca Pueyo. De este modo, se puede comprobar que la comunidad aragonesa congrega a más senegaleses y malíes que hace un año, llegando a aumentar en 250 y 130 personas respectivamente.