¿Cuántos votos se necesitan en Aragón para ser concejal?

En la Comunidad hay un concejal por cada 230 electores, la media más baja solo superada por Castilla y León.

En Aragón hay un concejal por cada 230 habitantes en edad de votar, una proporción provocada en la Comunidad por la cantidad de pueblos pequeños y la dispersión de la población que es casi el doble que la que se da en el conjunto de España, donde se encuentra un edil por cada 400 electores.


Este es solo alguno de los datos que remarca un reciente informe publicado por el Ministerio del Interior en el que se desgrana la evolución de la representación electoral en las elecciones municipales de 1979 a 2011.


Según recoge el informe, Aragón es una de las comunidades autónomas que ejemplifican los “enormes contrastes” que existen en la estructura electoral de cada región. Así, tanto en Andalucía como en Aragón hay algo más de 700 municipios, pero Andalucía tiene seis veces más electores que Aragón, y sólo el doble de concejales —9.301 y 4.359 respectivamente—.


Esta diferencia viene marcada por la Ley Orgánica de Régimen Electoral, que distribuye el número de concejales de cada municipio, desde los tres ediles con los que se dota a las localidades más pequeñas (de menos de 100 habitantes), hasta los 25 que tienen las poblaciones superiores a los 100.001, donde además se suma un concejal más por cada 100.000 empadronados. Un reparto que, en el caso de Aragón, con más de la mitad de sus municipios con menos de 250 habitantes, y solo cuatro por encima de los 20.000, multiplica el número de posibles ediles a elegir.


Los contrastes, como es normal, también son notables dentro de la Comunidad Autónoma. De este modo, mientras en las próximas elecciones de mayo en la ciudad de Zaragoza habrá un ratio de 16.000 votantes por cada uno de los 31 concejales a elegir en el Ayuntamiento, en los aproximadamente 350 pueblos que hay en Aragón con menos de 250 habitantes solo habrá 26 electores por cada edil.


La comparativa es trasladable a otras regiones con situaciones demográficas similares a las de Aragón. Castilla y León, por ejemplo, es la región que más concejales eligió las pasadas elecciones autonómicas (13.219) a pesar de solo contar con dos millones de electores, mientras que Madrid, con un censo casi tres veces superior, solo eligió a 2.287 cargos políticos.


En los municipios de corte medio habrá importantes variaciones en el número de cargos electos


La misma Ley de Régimen Electoral y sus ratios para establecer las cifras de la corporación en función del número de habitantes traerá también importantes consecuencias en varios municipios importantes de Aragón.


Así, Cuarte de Huerva, la población que más crece de Aragón, ganará cuatro concejales a partir del próximo 24 de mayo al haber pasado de los 10.000 habitantes, mientras que otros municipios que han perdido población, como Sabiñánigo o Borja, tendrán menos ediles a escoger.


El caso de la población oscense resulta especialmente llamativo, ya que apenas ha perdido 250 habitantes, pero al traspasar la barrera de los 10.000 deberá reducir su número de concejales hasta los 13. En similar situación estará Borja, que en las cifras de población de este año no alcanza a los 5.000 vecinos, lo que hará que sus electores elijan este año a dos cargos menos.

Más control sobre los sueldos de los alcaldes

Aunque en muchos de los municipios más pequeños los alcaldes no reciben una retribución por sus tareas, la Reforma Local aprobada por el Gobierno a finales de 2013 volvió a poner el foco sobre los sueldos de los alcaldes, que no podrán cobrar en ningún caso más que un secretario de Estado (entre 95.000 y 100.000 euros anuales) para las poblaciones de más de 500.000 habitantes -el todavía alcalde Belloch llegó a percibir más de 105.000 según su declaración al Senado-, mientras que los regidores de localidades entre 10.000 y 20.000 habitantes podrán cobrar hasta el 50% del sueldo de un secretario de Estado.


Por su parte, pese a debatirse eliminar los sueldos de los alcaldes de municipios con menos de 1.000 vecinos, la ley reconoció finalmente la posibilidad de fijar una escala de retribuciones en función del grado de dedicación parcial que desempeñaran, partiendo de la base de que nunca podrían tener dedicación exclusiva a su cargo.