El turismo activo y deportivo aragonés goza de una buena salud, con una oferta amplia y diversificada. Desde 2008, el número de empresas del sector radicadas en Aragón empezó a crecer de manera exponencial hasta alcanzar las 220 al cierre del curso pasado, 123 más que en el año en que empezó la crisis. A fuerza de refugiarse de la crisis en un sector en crecimiento, los empresarios de las tres provincias han logrando tejer una oferta no solo mayor, sino más diversificada y especializada. "Evidentemente hay una mayor oferta, más amplia, que va unida a una demanda creciente", afirma Juan Bazán, presidente de la Asociación de Empresas de Turismo Deportivo de Aragón.

Hasta hace unos años la mayor parte de la clientela procedía de diferentes puntos de la Comunidad. Ahora, explica Bazán, también llegan de otras: "Viene mucha gente de Cataluña, Navarra, País Vasco... pero también de la Comunidad Valencia y, últimamente, estamos notando una importante afluencia desde Andalucía. También se ha consolidado el público francés".

Las empresas con mayor recorrido en este sector confirman esta creciente demanda. Inés, socia y gerente de UR Pirineos, que lleva desde finales de los 90 trabajando desde Puente La Reina de Jaca, subraya que si bien han "sufrido la crisis como cualquier otro sector, desde hace ya un par de años estamos remontando". ¿Y las actividades más demandadas? Las acuáticas. "Lo que más tirón tiene es el rafting y el descenso de barrancos", indica. Aunque otras han ido ganando popularidad en los últimos años, también durante el invierno. Es el caso de las motos de nieve, las marchas con raquetas de nieve y los trineos de perros. El puenting gana asimismo adeptos cada año, especialmente en Murillo de Gállego, 'capital' del turismo de aventura.

Parte del éxito del sector surge del importante trabajo en la sombra que realiza la asociación. El pasado año acudieron a 25 ferias de turismo, tanto en otras provincias como en el extranjero, y participaron en 13 'workshop' (talleres intensivos de trabajo) de la mano de la dirección de Turismo de la DGA. "Es un trabajo que no se ve, pero que está dando sus frutos", indica Bazán.

Una competencia positiva

Por provincias, la de Huesca es la que lidera este tipo de actividades, con más de 162 empresas arraigadas en territorio altoaragonés. Ahí, en el municipio de Ayerbe, se encuentra 'Locura de Vida', una sociedad que echó a andar en 2010 de la mano de dos emprendedores que ya contaban con experiencia en el sector.

Chus Montañés es en estos momentos la única socia de la empresa, que aprovecha la intensa actividad en temporada alta para vivir el resto del año: "Durante el verano no paramos de trabajar, hacemos fondo y tiramos de él en invierno, que es cuando hacemos el trabajo que no se ve: acudimos a ferias, hacemos contactos...".

Esta joven valora positivamente la gran oferta que en estos momentos hay en la Comunidad: "La competencia siempre es buena. Cuantas más empresas hay, mejor salud tiene el sector y por eso mismo Aragón es un referente. También a nivel institucional, ya que la actividad está más regulada y la normativa más avanzada que en ningún otro sitio".

Al monte con un burrito

El próximo mes de agosto echará a rodar otra nueva empresa de turismo ativo. Se trata de 'Burro Trekking' y, como su nombre indica, ofrecerá paseos por la montaña con la compañía de burros. Detrás de la iniciativa se encuentra Daniel García, un biólogo valenciano que trabaja como profesor de Secundaria y que ha decidido coger una excedencia de dos años para intentar dar un giro de 180 grados a su vida en Broto.

"Mi mujer y yo anduvimos 30 días por el Pirineo francés en compañía de una burrita, una experiencia fantástica que en Francia está muy extendida, pero aquí apenas se practica. Así que hemos decidido poner en marcha el proyecto, que sobre el papel se demuestra que puede ser viable", explica. Dicho y hecho: van a alquilar una casa en Broto, donde por el momento se mudará Daniel y, si las cosas marchan bien, le acompañará más adelante su mujer.

Su empresa ofrecerá paseos que irán desde una hora hasta los tres días. "Aunque estamos abiertos a que nos hagan propuestas para que el animal les acompañe hasta 15 días, siempre que el recorrido sea viable", matiza. El animal portará dos alforjas en las que se colocarán las provisiones. Por su parte, los usuarios firmarán un papel en el que se comprometerán a no montarse en el animal (a excepción de si llevan a un niño).