Eva Almunia ignoraba la especulación millonaria que rodeó la compra del Goya

La exconsejera de Cultura desconocía que el óleo por el que pagó 2,5 millones le costó 850.000 € al vendedor unos meses antes.

Presentación del cuadro en el Museo de Zaragoza
Eva Almunia ignoraba la especulación millonaria que rodeó la compra del Goya
Carlos Moncín

La exconsejera de Cultura y diputada socialista Eva Almunia aseguró ayer que ignoraba "por completo" la especulación millonaria que rodeó la compra del cuadro de Goya ‘La letra con sangre entra’, que está investigando el Juzgado de Instrucción número 1 de Zaragoza. Almunia desconocía que el óleo fuera adquirido por 850.000 euros en la primavera de 2006 y solo unos meses después se ofreciera a la DGA por 2,5 millones, el dinero que finalmente se desembolsó a principios de 2008. Además, argumentó que la adquisición, al igual que el resto de las realizadas por el gobierno PSOE-PAR, contó con todos los informes favorables de los servicios técnicos.


Como informó ayer este diario, el Grupo de Blanqueo de Capitales de la Policía ha destapado que el lienzo triplicó su precio al cambiar de manos de sus últimos dueños conocidos, la colección Rosillo, a la sociedad británica Dougall Arts y acabar finalmente en los fondos de la DGA. Lo que sí era público es que el Goya se había subastado en diciembre de 2004 en la sala Castellana de Madrid por 1,3 millones y nadie llegó a pujar.


La galería madrileña Caylus ejerció de intermediaria en todo el proceso. Primero le vendió el cuadro a Dougall Arts con una sustancial rebaja en la primavera de 2006, dejándolo en 850.000 euros, y unos meses más tarde, concretamente el 24 de octubre, se lo ofreció a Cultura por 2,8 millones. Unos días después, el 14 de noviembre, lo ajustó a 2,5 millones, el precio por el que finalmente se cerró la venta. En ningún momento hubo rastro de la especulación millonaria, ya que Caylus declaró "detentar" la propiedad del Goya el día que se firmó la venta con Eva Almunia. "No teníamos ni idea de que se hubiera vendido antes por 850.000 euros ni que perteneciera a una sociedad inglesa. Y tampoco podíamos saberlo", dijo la exconsejera.

Eva Almunia explicó que uno de los objetivo que persiguieron durante su etapa fue ampliar los fondos de los museos de Aragón aprovechando la capacidad que daban unos presupuestos expansivos. "Todas las adquisiciones tuvieron los avales administrativos y técnicos de los funcionarios de Cultura e Intervención, además de las preceptivas valoraciones sobre su calidad pictórica y precio", resaltó.


La política socialista confesó que se enteró ayer de la información por este diario, al igual de las implicaciones de los directivos de Dougall Arts en operaciones de blanqueo de dinero y evasión fiscal a escala internacional. "Y no teníamos que saber como Gobierno qué hizo Caylus con el dinero que pagamos por el cuadro", dijo en referencia al hecho de que otra sociedad inglesa, Jacobs Fine Arts, acabara siendo la beneficiaria de la venta. Al frente de dicha empresa constaba en ese momento otro director vinculado con una trama de lavado de dinero que investiga un juez de Moldavia.


El exdirector general de Patrimonio, Jaime Vicente, aseguró que el proceso de la adquisición fue "totalmente escrupuloso y legal" y que "en ningún momento" los técnicos recibieron instrucciones sobre qué obras de arte se debían comprar. "Las ofertas las recibía el Departamento y los técnicos emitían informe previos sobre la idoneidad de la compra", dijo.


De la calidad pictórica y de que el importe exigido se ajustara a precios de mercado dio fe el director del Museo de Zaragoza. Tanto en el caso de la ‘La letra con sangre entra’ como de los otros cuatro lienzos bajo investigación en el caso Cuadros, entre los que se encuentra el retrato del infante Luis María de Borbón y Villabriga, adquirido en 2007 por la fundación Plaza por 10 millones de euros. En todas las operaciones ejerció de intermediaria la galería Caylus.


Jaime Vicente argumentó que, en el mundo del arte, las transacciones entre particulares no se pueden tomar "nunca" como referencia porque "no siempre el valor declarado es el real". Además, señaló que el precio fluctúa mucho en función de la oferta y la demanda y del hecho de que la obra sea exportable.


El exdirector general de Patrimonio también destacó que al precio de subasta por el que salió ‘La letra con sangre entra’, 1,3 millones, se le tendría que haber sumado comisión de la sala (en torno al 25%) y el IVA en caso de haberse comprado, por lo que el coste final se hubiera "acercado" a lo desembolsado por la DGA.