Cada aragonés recibe ahora dos recetas menos al año desde la aplicación del copago

El gasto del Salud en los medicamentos de los más mayores ha descendido un 19%.

Los aragoneses recibimos ahora menos recetas de nuestros médicos que hace dos años, pero también nos lo pensamos un poco más a la hora de llevarla a la farmacia. La instauración del copago farmacéutico, la puesta en marcha de la receta electrónica, y los cambios en el consumo de medicamentos han hecho que la factura que pasan los laboratorios al sistema de Salud aragonés haya menguado considerablemente, al igual que el número total de recetas expedidas.


Según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad, entre octubre del año pasado y septiembre del 2014 el número de recetas facturadas fue de 26.446.032, casi tres millones menos que en el mismo intervalo de hace ahora tres años, cuando aún no estaba en vigor el actual modelo de “participación del usuario en farmacia”, conocido como copago, que por primera vez en la historia del Sistema Nacional de Salud (SNS) obligaba a la mayor parte de pensionistas a pagar un 10% del precio de sus medicinas cuando hasta entonces no pagaban nada, mientras que los trabajadores activos copagan un porcentaje determinado en función de sus ingresos.


Cuando entró en funcionamiento esta reforma, en julio de 2012, profesionales médicos y Colegios de Farmacéuticos coincidieron al describir la medida como un "cambio radical en el sistema de prestación de medicamentos" con el que habría que esperar unos meses para conocer "si tiene realmente un efecto más disuasorio que de ahorro", según explicó en ese momento el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza. Pues bien, superados los dos años de su instauración, que llegó con numerosas críticas, los datos indican que el ahorro ha sido evidente y que además estas medidas también han tenido cierto efecto disuasorio.


A pesar de que el número de usuarios de tarjeta sanitaria también ha descendido en los últimos años -sobre todo, a raíz de la retirada de la misma a los inmigrantes irregulares-, de media, cada aragonés recibe ahora dos recetas menos al año desde que se pusieran en marcha todas estas medidas. Como consecuencia, el gasto farmacéutico en la Comunidad también ha bajado cuantiosamente, produciendo un ahorro de unos 68 millones de euros al año en el montante que el Salud debe abonar anualmente a las farmacias por el consumo de medicamentos recetados.El gasto en recetas a mayores de 65 años cae un 19%

Como es lógico, esta reducción del número de recetas ha sido más importante entre las personas mayores, las que más reciben. En su última memoria financiera, el Servicio Aragonés de Salud hace un balance de lo que han sido estos dos años desde que se pusiera en marcha el plan de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud.


En ella se describe como en estos últimos años el gasto farmacéutico entre los mayores de 65 años ha caído de media un 19%, por el 15% del conjunto de la población. Así, el Salud ha rebajado el gasto por persona en recetas para los mayores de los 65 años hasta los 525 euros anuales (para la franja de 65-69 años) y los 859 de los mayores de 80 años, que por edad son el colectivo que más medicamentos requiere. De media, el gasto farmacéutico de cada aragonés en 2013 se situó en 230 euros, un 15% menos que en 2011.


Desde el Departamento de Sanidad de la DGA valoran que esta contención en el gasto farmacéutico, si bien se debe en parte a la implantación del copago, corresponde más al uso de la receta electrónica y al cambio de medicamentos antes recetados por genéricos que se ha ido llevando a cabo en los últimos años. “En el mes de agosto de 2014 más del 85% de las recetas que se han dispensado en las farmacias de Aragón han sido electrónicas, un modelo que además de ser más cómodo para muchos enfermos, evita que el paciente acumule más medicación de la necesaria ya que a través de un cronograma que tiene en cuenta la pauta prescrita por el médico y el tamaño de los envases”, explican.


Pese a esto, desde el colectivo médico todo este proceso se ha ido viviendo con cierto recelo. El último 'encontronazo' saltaba cuando se daba a conocer que el Salud incentivaría hasta con 12.000 euros a los médicos de atención primaria que ayuden a ahorrar en recetas. Una fórmula que fue ampliamente discutida por los sindicatos médicos, al considerar que los incentivos nunca “pueden estar ligados al ahorro como único objetivo”.


Según las estimaciones del Salud, las medidas previstas para conseguir el ahorro han dado sus frutos, aunque “están suponiendo dificultades tanto a la industria farmacéutica como a las oficinas de farmacia y al sector de la distribución”, algo que, unido al conocido envejecimiento de la población, volverá a elevar el gasto farmacéutico en los próximos años.