Los trenes regionales aragoneses sufrieron dos incidencias al día entre enero y noviembre

La línea Zaragoza-Logroño-Castejón es la que más incidencias acumula (un total de 262).

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Los trenes regionales aragoneses sufrieron dos incidencias al día entre enero y noviembre
P. F.

No es nuevo que las incidencias en los servicios ferroviarios en Aragón son algo común. Las quejas de los partidos políticos de la región en este sentido han sido numerosas desde prácticamente el inicio de la legislatura. Desde que se intensificaron las protestas se han registrado intentos de mejorar la prestación de servicios pero los datos facilitados por el Gobierno central evidencian que estas siguen produciéndose a menudo.


Solo entre enero y mediados de noviembre de este año los servicios de media distancia que Renfe presta en Aragón registraron 723 incidencias, según los datos facilitados por el Ejecutivo al senador socialista José María Becana, que se ha interesado por conocer qué problemas se registran en la red ferroviaria y qué se hace por solucionarlas.


De las más de 700 incidencias registradas en los últimos meses 193 se produjeron en el ámbito competencial de Adif, de acuerdo con el informe facilitado. Esto quiere decir que solo un porcentaje pequeño de las incidencias tiene que ver con la infraestructura y la gran mayoría de los problemas tienen su origen en el mal uso del material rodante.


La línea Zaragoza-Logroño-Castejón es la que acumula más incidencias, un total de 262, sobre todo por problemas derivados con el operador del servicio. Para José María Becana, los datos ponen de manifiesto una “grave situación” que no es otra que la falta de inversión de Renfe y Adif en Aragón.


El senador, a través de una pregunta parlamentario, mostró interés en qué actuaciones había realizado Adif en materia de conservación en la red ferroviaria aragonesa a lo largo de 2014 y la inversión prevista. Sin embargo, lo único que encontró fueron evasivas. “La inversión prevista por Adif en el 2014 está siendo la necesaria para el correcto funcionamiento”, contestaron desde el Gobierno. Ni una cifra, ni una medida específica.


Becana enfatiza que esta situación no es baladí: afirma que la ausencia de inversión se traduce en un deterioro de las infraestructuras y la maquinaria lo que hace que el servicio empeore y cada vez menos viajeros lo utilicen provocando así, a largo plazo, la “excusa perfecta” para que estos servicios acaben desapareciendo por deficitarios, un déficit que, además, debe afrontar el Gobierno de Aragón.


Ante las críticas por la falta de inversión, el Ministerio de Fomento (del que depende Renfe y Adif) se defiende diciendo que no hay suficiente dinero para invertir debido a la situación económica, explica Becana. “No es que no haya dinero para invertir sino que no invierten en Aragón”, añade el senador oscense apuntando que el endeudamiento de Fomento ha crecido en 3.000 millones de euros entre 2011 y 2013.


Tras la línea Zaragoza-Logroño-Castejón, la segunda con más problemas registrados a lo largo de los once primeros meses del año fue la que cubre el trayecto en la capital aragonesa y Barcelona, con 118 incidencias. Por su parte, la línea ferroviaria de media distancia que llega hasta la madrileña estación de Chamartín cubrió el mismo periodo del año con poco más de 70 interrupciones en el servicio.


Además de problemas en las infraestructuras y con los trenes y otro material rodante, los datos facilitados por el Gobierno revelan que hasta en 64 ocasiones la prestación normal del servicio se vio alterada por razones de orden público, que hubo cuatro descarrilamientos (tres de ellos en la línea Zaragoza-Huesca–Canfranc) y que por condiciones meteorológicas adversas alrededor de una veintena de servicios no se realizaron como debieran.