La terapia 'milagrosa' que cura la hepatitis C llega ya a 50 pacientes graves de Aragón

Desde el 1 de noviembre están siendo tratados con Sofosbuvir, un fármaco que ofrece resultados espectaculares. Los ensayos clínicos apuntan a que el medicamento cura hasta el 90% de los casos.

La llamada terapia ‘milagrosa’ o terapia ‘millonaria’ (por el coste del tratamiento) contra la hepatitis C se está aplicando ya a medio centenar de aragoneses cuya enfermedad está en estado avanzado (con cirrosis, y la mayoría con trasplantes de hígado). Según fuentes médicas, el pasado 1 de noviembre, el comité que evalúa y decide en la Comunidad (según criterios médicos) a quién se trata con este nuevo fármaco -Sofosbuvir- autorizó su aplicación a unos 50 enfermos aragoneses graves. En cualquier caso, no son los primeros que lo reciben. Desde finales del año pasado y hasta octubre, mes en el que comenzó su comercialización en España, alrededor de una docena de pacientes han sido ya tratados en uso compasivo -tratamiento con fármacos que han sido ya autorizados por una agencia médica, pero que aún no están comercializados-, con sofosbuvir en combinación con otros medicamentos.


Por desgracia, la agria polémica en que se ha visto envuelto este fármaco en nuestro país (por una cuestión económica y de coste), ha dejado en un segundo plano sus propiedades de curación. Y, sin embargo, los resultados no pueden ser más esperanzadores para los enfermos de hepatitis C: la ‘avanzadilla’ que ya lo ha probado en Aragón puede dar fe de su eficacia terapéutica, que según los estudios clínicos realizados en EE. UU. alcanzan hasta el 90% de los casos.


Alternativas terapéuticas


Para el hepatólogo y jefe de Sección de Aparato Digestivo del Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, Miguel Ángel Simón, más que de fármaco ‘milagro’ -como lo han acabado bautizando los medios de comunicación- habría que hablar de "piedra angular": "El sofosbuvir -explica- es el eslabón que va a permitir tratamientos libres de interferón, un fármaco habitual en las terapias contra la hepatitis C, pero que no es tolerado por los enfermos con la dolencia más avanzada". Por tanto, los pacientes más graves (con cirrosis o trasplantados de hígado que han vuelto a infectarse), "que antes no contaban con alternativas terapéuticas -explica Simón-, ahora tienen una ventana abierta a la curación".


Porque el gran hito que representa este medicamento (y los antivirales de nueva generación, que ya se están ensayando en EE. UU., y en distintos países de Europa, incluida España) es que curan la infección en casi el 100% de los enfermos. El Sofosbuvir (junto al semiprevir, que también es de nueva comercialización en España) forma parte de la última generación de medicamentos contra la hepatitis C, "una enfermedad -apunta Simón- que produce más muertes que el sida, pero en la que se invierte menos". Ambos fármacos fueron autorizados por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) a principios de año e incluidos por el Ministerio de Sanidad en la cartera de fármacos financiados con fondos públicos en agosto (Semiprevir) y octubre (Sofosbuvir).


La razón de la tardanza para la inclusión del segundo en el sistema público fue el elevado coste que el laboratorio (Gilead) planteaba para su comercialización en España: se llegó a hablar de 60.000 euros por tres meses de tratamiento (el doble para los seis meses, que es lo que se está proponiendo para los pacientes con la enfermedad más avanzada). Aunque finalmente, y tras meses de negociación con la Administración, parece que se ha logrado una sustancial rebaja en el precio.


Los profesionales médicos entienden que, de momento, el tratamiento se esté reservando para los casos que no pueden esperar (para los enfermos menos graves hay otras alternativas también eficaces y menos costosas), pero al mismo tiempo aseguran que tratar a los enfermos con estos nuevos fármacos sale a cuenta.


Más barato curar que trasplantar


Porque aun fijándonos solo en el aspecto económico, los estudios de coste/eficacia así lo demuestran, no hay discusión: un trasplante de hígado -recuerda Simón- tiene un coste para el sistema sanitario público que ronda los 120.000 euros. "Y, por descontado, tienes que contar con que haya un donante y se tenga un órgano que trasplantar", apunta. Además de esto, tras la intervención, el paciente trasplantado debe seguir tratándose (revisiones médicas periódicas y medicación) durante el resto de su vida. Y la posibilidad de que el hígado se vuelva a infectar con el virus y pueda desarrollar nuevamente la enfermedad es alta, con lo que precisaría un nuevo trasplante.


"En resumen -apunta Simón-, el mensaje que hay que lanzar es que la hepatitis C es una enfermedad global (afecta a enfermos en todo el mundo) y de mortalidad alta, pero que se puede curar. Y que si no se ataja, la perspectiva es que se gaste mucho dinero en recursos médicos".


Por eso, la buena noticia es que ya se dispone de una familia de nuevos fármacos (algunos, como el Sofosbuvir y el Semiprevir, ya aprobados en Europa y España; otros, a punto de estarlo) que se han convertido en el primer paso para la erradicación de la hepatitis C. Porque lo nuevo que llega son combinaciones de fármacos con una eficacia curativa superior al 95%: libres de efectos secundarios y que se toleran en todos los estadios de la enfermedad, incluso en daño avanzado y trasplantados. "Estamos asistiendo -concluye Simón-, en un corto plazo de tiempo (este año se cumplen los 25 años desde que se descubrió la enfermedad), a un cambio radical: hemos visto nacer la enfermedad y la veremos acabar".