En Aragón se detectan entre 20 y 30 bandas organizadas cada año

Algunos de ellos persisten porque solo se desactivan parcialmente. La Fiscalía avisa del aumento de organizaciones criminales transnacionales.

Las hay más pequeñas, más grandes, mejor y peor organizadas, y de muy distintos ámbitos. En los últimos años, fiscales y cuerpos del seguridad del Estado han puesto en su punto de mira a un amplio número de organizaciones criminales de carácter itinerante dedicadas al robo, el tráfico de drogas, la prostitución o simplemente, a la delincuencia menor en las grandes ciudades.


Tanto es así que en su última memoria del año judicial la Fiscalía General del Estado daba por hecho que “a medio plazo, el descenso de asuntos que se viene produciendo en los últimos años en relación con el terrorismo de ETA y su entorno se vea compensado por este continuo aumento de procedimientos e investigaciones referidos a la criminalidad organizada transnacional”. Dicho de otro modo, que la lucha por desactivar estas bandas copa ya buena parte de las operaciones de la Guardia Civil y la Policía Nacional.


El aumento de estos grupos delictivos se describe también en el informe que anualmente emite el Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado (CICO), que a partir del año que viene se fusionará con el preexistente CNCA -Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista- para, según explicó el Ministerio del Interior, optimizar y flexibilizar la lucha contra este tipo de amenazas. Según los datos del CICO, en 2013 se detectaron en España un total de 497 grupos organizados, quince más que el año anterior. De ellos, 260 fueron completamente desactivados, mientras que otros 207 solo pudieron ser detenidos parcialmente.


En Aragón, el aumento de estas bandas también es rastreable en los últimos informes judiciales. Si en 2011 fueron 17 los grupos desarticulados en Zaragoza y Huesca -en Teruel solo se detectó la presencia de células adyacentes a estos grupos-, en 2012 y 2013 las cifras se elevan a una horquilla que va de la veintena de grupos presentes en la provincia de Zaragoza, a los menos de una decena de los que se tuvo conocimiento en Huesca y Teruel. Y es que, la profesionalización que han tenido estas bandas y el carácter multiprovincial de muchos de estos grupos, que suelen ser itinerantes, hace cada vez más difícil ubicarlos de forma exclusiva en una región, según explica el último balance del crimen organizado publicado este año por el Ministerio del Interior.Robos en el medio rural y nuevos 'modus operandi'


Pese a esto, la última memoria de la Fiscalía aragonesa destina un amplio análisis a algunas de las bandas sitas en la Comunidad que han sido detectadas y desactivadas a lo largo del último año, insistiendo también en que “muchos de los autores de delitos contra el patrimonio no residen en Zaragoza sino en otros lugares de la geografía española y se desplazan para cometer los delitos a la capital, aprovechando la situación geográfica de la misma”.


Ejemplo de ello es una de las organizaciones criminales a las que la Fiscalía se refiere. La banda rumana que hizo explosionar varios cajeros automáticos en Magallón, Pastriz y Villanueva de Gállego y que fue desmantelada casi 10 meses más tarde, deteniendo a cinco de sus miembros en Murcia y a otro en Zaragoza.


Esta organización se valía de un novedoso método para obtener el dinero de los cajeros. En concreto, hacían explosionar los expendedores mediante el uso de gas acetileno, todo ello con el grave riesgo para terceros y para la propiedad suponía el empleo de esta técnica. Cuando la banda fue desactivada, el grupo había delinquido con el mismo procedimiento en 18 ocasiones en las provincias de Zaragoza, Murcia, Valladolid y Almería.


Asimismo, la Fiscalía recoge el aumento de la delincuencia aprovechando el aumento de los centros comerciales en el área periurbana de Zaragoza, debido también a que “es la zona donde se concentran numerosos polígonos industriales y segundas viviendas de residentes en la capital”.


Durante el 2013 igualmente fue detectada en Aragón la presencia de al menos tres grupos que tienen como actividad el hurto de joyas o dinero a personas mayores en el ámbito rural; otros dos grupos, uno afincado en Madrid y otro en Barcelona, cuya actividad delictiva se centra en el robo del remolque de camiones con su correspondiente carga; otro grupo organizado esta vez afincado en Zaragoza que cometía robos con violencia e intimidación en estaciones de servicio en horario nocturno; y otra banda de ciudadanos rumanos que efectuaban robos en empresas y obras en construcción trasladando los objetos robados a su país de origen.


Además, el órgano judicial señala que los casos de robo prolongado ofrecen mayores oportunidades delictivas en el ámbito rural, “debido a la dispersión y, en algunas ocasiones al exceso de confianza que lleva a no adoptarse más precauciones de seguridad”. Otro factor a resaltar para la fiscalía es la existencia de gran población de edad avanzada en el medio rural. Este elemento ha favorecido, según se explica, “la consumación de hurtos al descuido y determinadas estafas. La edad de las víctimas, e incluso de los potenciales testigos, ha dificultado posteriores reconocimientos de los autores”, señalan.


Por otra parte, más allá de los delitos contra el patrimonio, 2013 y lo que va de 2014 ha confirmado el aumento del narcotráfico en la Comunidad. Según los datos del Ministerio, se detectaron más redes de distribución, se denunciaron más casos y se detuvo a más personas. No en vano, Aragón fue durante el año pasado, junto con La Rioja, la Comunidad Autónoma en las que más aumentó el número de detenciones por tráfico de sustancias ilícitas. En total, Guardia Civil y Policía Nacional detuvieron a 595 personas relacionadas con la distribución de drogas, casi una tercera parte más que los arrestos producidos durante el ejercicio anterior.


Por provincias, se interceptaron 50 puntos de venta de droga en Huesca, 20 en Teruel y 271 en Zaragoza, provincia que ha sufrido el mayor aumento en delincuencia de este tipo, teniendo en cuenta que el año anterior solo se contabilizaron 191 delitos relacionados con la venta, distribución o cultivo de droga.