De un caldero de rancho a Quemados del Servet

Un joven navarro de 25 años está ingresado en estado grave en la Unidad de Quemados del Miguel Servet después de saltar el domingo dentro de un caldero de grandes dimensiones donde se cocinaba un rancho popular para celebrar las Fiestas de la Juventud de Buñuel

A Eduardo B., un joven de 25 años, le costará olvidar las Fiestas de la Juventud de este año en Buñuel (Navarra). Por razones que se desconocen, el chico, vecino de la localidad, saltó el domingo dentro de un gran caldero donde se cocinaba un rancho popular para 1.000 personas y acabó con el 18% de su cuerpo escaldado e ingresado en la Unidad de Quemados del Hospital Miguel Servet, de Zaragoza.


Según la información que publicaba ayer el ‘Diario de Navarra’, el suceso ocurrió el domingo, durante la celebración de las fiestas de esta localidad. A mediodía, y cuando los cocineros encargados del rancho habían dado ya por finalizada la preparación del guiso y habían apagado el fuego, el joven saltó, sin previo aviso, las vallas de seguridad que separaban la zona del rancho del resto de la plaza donde se iba a celebrar la comida popular, y se metió dentro del caldero (una especie de paellera gigante).


La acción del joven fue tan rápida e inesperada, que cogió por sorpresa a las personas que cocinaban la caldereta y no pudieron evitarla. 


El resultado del suceso fue que el joven tuvo que ser ingresado en la tarde del domingo en la Unidad de Quemados del Miguel Servet, de Zaragoza. Fuentes hospitalarias explicaron ayer que el parte médico del joven navarro era de pronóstico grave, aunque no se teme por su vida, y presentaba quemaduras profundas en ambas piernas, con un 18% de superficie corporal afectada.


Desde el centro sanitario no quisieron avanzar ayer cuántos días puede precisar Eduardo B. de hospitalización, aunque fuentes de la familia citadas por el ‘Diario de Navarra’ apuntaban que podrían rondar los 20 días.


Lo que no se sabe a ciencia cierta son las razones que llevaron al joven a meterse dentro del caldero del rancho. Los vecinos de la localidad navarra barajaban el domingo, tras conocer lo ocurrido, la posibilidad de que se tratara de una apuesta, aunque lo único que se sabe con certeza es que el salto fue intencionado.


El alcalde de Buñuel, Joaquín Portolés, explicó el domingo al diario navarro que en un primer momento fueron los propios vecinos quienes auxiliaron al joven echándole agua, para refrescarle las zonas quemadas y aliviarle el dolor, y trasladándole al consultorio médico de la localidad. Pero ante la gravedad de las quemaduras fue llevado al hospital Reina Sofía de Tudela y posteriormente, derivado al Miguel Servet de Zaragoza, donde su Unidad de Quemados está especializada en estos casos.


El asalto del joven al caldero no volcó el guiso, por lo que la comida popular de Buñuel se celebró tal y como estaba prevista y la caldereta se repartió entre los vecinos sin más sobresaltos.


Según detalló ayer el diario navarro, el rancho –una caldereta de patatas y carne– formaba parte de la comida festiva popular, que degustaron un millar de comensales al precio de dos euros (con postre, café, bebida y pan).